Dentro del malestar que genera estar en un país sin justicia, sumo el que me genera entrar a mi oficina inmobiliaria. Verla desolada, llena de tierra que se mete como ladrona silenciosa y se posa sin permiso en los escritorios. Un teléfono que no suena y sólo arroja cartas de deuda con avisos de corte inminente. Mi billetera cada vez más finita. La única planta a la que logré cuidar, porque soy pésima en eso, toda mustia, depresiva, como yo.
Todos los días muere un poco y yo también. Ella necesita agua y yo Libertad de acción. Porque la espiritual… esa sigue siendo mía y todavía no ha nacido el ser que me la pueda quitar.
Se está hablando de un nuevo orden mundial. El papa Francisco lo dijo, pero Qué orden ? A qué se refieren ?
Hoy estamos encerrados, obedeciendo por el bien común, pero no dejo de pensar que esta situación nos deja en una posición de dominación. Estamos manejados por el miedo inevitable de morir. Pero cuidado! No sea que esto se convierta en la verdadera letalidad de la sociedad como la conocemos.
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