En la monotonía de la vida que todos teníamos siempre deseábamos tener tiempo para descansar, tiempo para dormir hasta tarde, tiempo para no hacer nada y es irónico como esa idea y gana de no hacer nada, hoy en día es realidad y no nos gusta.

Ahora que la meta deseada está realizada ¿qué hacemos?, no nos relajamos por pensar en el dinero que tendremos para comprar el alimento de mañana o pagar las cuentas y deudas que nos agobian, no descansamos porque nos desvelamos en redes sociales y en vez de despertar serenos y con energías, nos levantamos malhumorados, sonámbulos y con dolor, el mundo se dividió en diferentes tipos de gente los que critican lo primero que aparezca en los medios, los que se burlan de la desgracia con memes, los que ridiculizan a los demás por hacer cosas para distraerse, mientras que otros tratan de hacer conciencia en un mundo en donde la personas son más perjudiciales que él mismo virus, convirtiéndose en humanos más devotos, con más rezos y oraciones.

De qué nos sirvió tantos años de trabajo, guardando el dinero, tanto pedir estar con tu familia cuando hoy en día no puedes ni salir a comprar, cuando tú y tu familia ya no se soportan mutuamente y solo pelean. ¿Acaso la vida monótona nos ayudó a apreciar los pequeños momentos y oportunidades que teníamos para disfrutar a nuestra familia, nuestros viajes, buenas comidas y salidas con amigos?

Si Dios, la suerte, el karma, el destino o cualquier poder y fuerza sobrehumana en la que creamos existe, hoy nos está dando una lección de vida. El planeta tierra se recupera gracias a un virus pero a costa de millones de personas muertas.

Apuesto que la monotonía que hoy esperamos que regrese a nuestras vidas, será la misma por la cual después nos quejaremos, porque así somos de ingratos y mal agradecidos. Él ser humano nunca está satisfecho con nada.

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