En medio de los retiros obligados el gato de la rutina se ha establecido en la ventana. Desde allí observa con ojos sempiternos los leves vuelos de gorriones y mirlos, y el aleteo escandaloso de las tórtolas y palomas urbanas. Esas aves tienen el resabio de la ciudad, comprenden que las calles y plazas son campos forjados en la mente de esos otros seres a los que intuyen pero no comprenden. Esos seres que somos los que dormitamos en el territorio gatuno, agazapados en los salones, dormitorios, cuartos y cocinas. En ese fluir de entes encerrados en una intestina masa de ladrillo y hormigón.
Ahora que los virus microscópicos nos acechan se establece una magnífica paradoja: estamos hechos para combatir a seres y amenazas de gran tamaño pero no podemos apenas valernos para hacer frente al embate de los microseres que pululan por el aire.
¡Qué contrariedad! Y esa es la reflexión que el gato Ulises me hace desde su rincón de señor del tiempo: seréis muy fuertes para algunas cosas, criaturas soberbias y engreídas, pero no soportáis el ataque en el microespacio. Lanzáis vuestra inteligencia hacia el macrocosmos pero os cuesta controlar las paradojas de los microcosmos.
Hoy me he sentado frente a Ulises, mientras ambos miramos por el balcón el concierto ornitológico de los paseriformes en torno a migas y trozos de pan que, graciosamente, se me ha ocurrido regalarles. Yo estoy seguro de lo que pienso, pero no lo estoy tanto de lo que está pensando Ulises. No sé si sólo ve comida en los pequeños gorriones y verderones o simplemente mira, con esa mirada estoica que suele caracterizar a los felinos.
Cada minuto que paso junto a él son perlas del silencio, verdaderas joyas de sentir el ahora, el ser del momento, el disfrute del instante que se fuga, la inaprensible mutación del momento. Tan valiosos son los ingrávidos fragmentos del tiempo, como perlas en un mar de silencio.
Después de un par de horas, Ulises, en su largo peregrinar en el mediterráneo de mi casa imaginaria, sigue su periplo para volver a su Ítaca. ¿Nos encontraremos en el camino?
OPINIONES Y COMENTARIOS