Y la cuarentena llega a Madrid.
Las calles vacías recuerdan a todas esas películas apocalípticas que tanto nos gustan. Una sesión de cine se presenta ante nuestros ojos y ninguno recuerda haber comprado entrada.
Aprovecho y desconecto del mundo
… silencio …
No soporto lidiar conmigo misma y enciendo la televisión
… ruido …
Me agoto y cojo el teléfono
… soledad …
La vuelvo a sentir y recuerdo porque me alejé.
Pongo mi mundo en off con tan solo bloquear una pequeña pantalla.
… ruido…
Instintivamente, giro la cabeza.
La televisión: apagada.
Mi boca: suspira.
Me encuentro sola y atrincherada en casa, mas mis demonios aguardan.
Preparo la artillería para el ataque inminente.
Esta vez la batalla se libra en mi cabeza
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