Y la Tierra se regocijo para dar gracias al ser supremo del universo. Él fue quien le concedió su petición milenaria de hacer desaparecer a su depredador: el ser humano. Ahora sus mares lucen su esplendor azul y verde. Sus cielos se tornan blanquecinos. Especies escondidas durante años salen tímidamente de sus moradas.
La tierra, su flora y su fauna sabían de aquel rumor y lo reforzaron con sus plegarias. El vaticinio se cumplió en el año 2020, tal y como lo dictaron las fuerzas del cosmos: Una pandemia disminuiría la población humana y así, está pasando.
Sin embargo, todas las especies reconocen la fortaleza del hombre. Observan como atraviesan estos meses; entre el Facebook, el Twitter, el YouTube y el Netflix. Su tecnología está haciendo más llevadera su situación.
Al final de esta fase saldrán ahora de sus escondites los sobrevivientes de la raza humana. Un nuevo punto de vista florecerá acerca de su fenomenal planeta y de su entorno. Un nuevo pensamiento acerca de sí mismo y de su prójimo renacerá con más fuerza.
Después de todo, solo es un periodo más en la historia. Algo que contar. Algo que escribir para la posteridad.
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