Me decía el aburrimiento que la huella dejada era lo que supimos y lo que hicimos saber.
Me decía entonces el sosiego que los poderes venían de los saberes, y que así iba a poder.
Entendía que si sabía, podía. Mas de forma tardía aprendí que entre más sabía, y mejor entendía, no podía ser feliz.
Más despúes entendí, que nada sabía, que entre mas hacía, me daba cuenta que mas podía, que podía ser feliz, y depués sabía y entendía, pero solamente porque podía y hacía.
Es cuando pude entender, que si el saber es poder, es solamente porque después de saber, el poder debe acompañarse del hacer, sabiendo entonces que todos somos ese saber, y juntos vamos a poder.
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