¿Qué ocurrirá cuando nuestros puños se agoten?
¿Tal vez seguiremos golpeando al aire hasta quedar exhaustos?
No podemos permitirnos bajar la guardia,
ni el cansancio,
ni el sueño,
ni volver al rincón.
Déjame que te abrace en la pelea
para engañar mi cansancio,
y serás, así, la sombra que sujeta mi lucha.
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