Mi balcón, el vértice en el olvido de mi hogar
Paraje de reunión de pedazos de polvo embarrados por la lluvia
Mar de historias muertas y difuminadas por el ciclo del tiempo,
Baúl naufragado de un barco que todavía flota

Mi balcón, ensangrentado por los proyectiles del desuso
Llora la melancolía de las huellas, del volver a ser
Mientras escucha conversaciones separadas por un ventanal entreabierto
Embestido por un viento que perfuma soledad

Mi balcón, acompañado pero solo entre los salientes flotantes de la calle
Condenado a vivir como un viejo juguete en el trastero
Como aquel que ha muerto antes de expirar, abandonado y vulnerable

Y de pronto, el mundo se detiene,
El tiempo se desdibuja diluido por fluidos de ausencia
Y de repente, aquel balcón, aquel que hiberna sin saber si volverá a despertar,
Aflora.

Y aquel balcón imagina, sueña y es
Es puente de conexión entre los desconocidos más próximos
Es motor de emociones y sentimientos inestables que juegan en la cuerda floja con la cordura
Es chispa de revolución y ladrón de coronas

Y de repente,
aquel balcón,
mi balcón,
se transforma en nuestro balcón.

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