Quiero ser gato por un día:
Andar sin hacer ruido, sortear cualquier obstáculo con sigilo, observar con despreocupación por la ventana el horizonte, dejando que mi mirada se pose tranquila. Olfatear el aire que entra del exterior como si fuera la primera vez. Estirarme con elegancia mientras camino y detenerme, si se me antoja, para observar lo que me llame la atención. Dar saltos de alegría si así lo quiero. Lamerme el cuerpo cuando me venga en gana. Dormir cuando y donde quiera. Ronronear de placer y felicidad. Acurrucarme en el regazo de un ser querido en el que confío. Sentir su calor mientras me acaricia la cabeza con ternura y devoción. Y luego irme, libre y despreocupado, ajeno a todo dolor.
OPINIONES Y COMENTARIOS