Flota en todo el ambiente. ¡Llegó! Contamina todo. Infecta a la prensa. Al lector. Invade cada rincón. No lo detiene ese encierro. Acecha tu espacio. Entra a tu hogar. A tu familia. A tu centro de trabajo. Y tú, sí, tú, ellos, nosotros dejamos que avance. La distancia no lo frena. Se propaga y alimenta por desunión. Por ¡Egoísmo! Se transmite de voz en voz. Tus manos lo llevan. Sí, es el virus de la manipulación, de la incertidumbre. De la ¡Mentira! Que difunde miedo y engaño. Cancela esperanza. Contagia odio, es lesivo y letal. Más sigiloso que el “coronavirus”, porque impulsa al mal. Al ambiente de miedo; de difusión falsa y ¡Odio! Son ¡Buitres!, que informan y empujan al peor momento. Se ocultan para contagiar a otros. Y tú, yo, muchos no somos ni carroñeros ni esos ¡Buitres!, buitres son ellos, los que en el anonimato infunden odio y temor. Trasmiten mentiras con su pluma. ¡Detengámoslos! Tú puedes, yo también. Orgullosa de llegar a ti, de escribirte en este encierro. De usar mi pluma contra esos muñecos de ventrílocuo que gritan: ¡Prensa carroñera! y son la carroña de lo que escupen. Orgullosa de ser periodista. Satisfecha de servir sin obedecer a nadie para reflexión y frenar actos del que empuja al miedo. ¡Basta! Del virus de la mentira, de esa manipulación informativa, de mensajes de engaño, de indolentes y serviles. Este encierro que sirva a todos, a ti, a mi, a periodistas, a lectores para reducir la brecha de mentiras y abrir la verdad. Para hacernos uno, y frenar al irresponsable que contagia y empuja al promotor del miedo. No leas ni distribuyas lo negativo. Impulsa la unión. Empieza con tu familia. Rechaza la división. Frena al que destruye. A los que sirven para descalificar a otros. Al mezquino. Al que quiere oigas solo su voz. Analiza cada línea que lees, verifica cada palabra, cada imagen. Sólo eso, sólo eso te protege, nos protege de no contagiarnos del virus que miente, causa división y miedo
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