Ella salió esa mañana como hacía cada domingo, estaba al tanto de las noticias, las seguía con cuidado, pero en ocasiones los noticieros pueden convertirse en películas de ciencia ficción, en un montón de sucesos que le ocurren a todos menos a uno.
La calle que transitaba cada día estaba desierta, pensó con ingenuidad que se trataba del clima, aún era verano en la capital chilena, pero el otoño se acercaba y el cielo nublado y con una suave brisa lo anunciaba.
Despreocupada, continuó su rutina, al terminar decidió caminar hasta el supermercado, no lucía como la calle, atestado, con gente con tapabocas y guantes, con carros de compra llenos hasta el tope, anaqueles vacíos y gente nerviosa que tomaba con desespero todo lo que encontraba a su paso, a excepción de los tapabocas era un espectáculo lamentable que ya había vivido repetidamente en su vida.
Se paró en el fondo del supermercado, detrás de las largas filas, aislada del mundo, observando todo aquello, sonrió, no porque fuese gracioso, sino por la imposibilidad de que algo así estuviese ocurriendo, una pandemia, algo tan del siglo XIX, estaba en la puerta y ya había pasado a la entrada.
Las noticias seguían, los países como las personas se encerraban, nadie entra nadie sale, sistemas de salud colapsados, políticos con decisiones erróneas, problemas de abastecimiento, problemas económicos catastróficos, niños sin colegios, soledad, desespero, enfermedad y muerte, el mundo se había convertido en su país natal, había huido, pero ahora no se puede huir, el remedio parece ser el opuesto.
Pensó lo curiosa que era la vida, como un montón de cosas que crees que nunca te van a pasar terminan ocurriendo, y sin darte cuenta las vives o las sobrevives, a veces como ajenas, esperando que se conviertan algún día en historias lejanas o en una pesadilla de las que despertamos con esa sensación de desasosiego.
Pensó que la rutina de la que siempre se quejaba no era tan mala, ahora la anhelaba, no quedaba más que mirar el sol por la ventana y esperar el día en que nos volviésemos a abrazar.
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