Mi hija habla con mi papás por videollamada,

siempre lo hacen,

antes del virus existía ya el océano del medio,

la distancia entre pieles y las horas corridas.

Lo que no existía antes era la //calmaalrededor//

está todo lleno de ella ahora, es linda, y también asusta.

Se parece a una reina gigante de marshmelow de pelo largo y rosa
que flota por el aire como un Jacinto de agua con tentáculos de pulpo que se meten por todos lados,

acaramelada y letal la guacha.

Qué, no hay cerradura que se te resista reina mora?

Me hace bien, su silenciosa amenaza.
Me intimida lo suficiente.

Ahí anda ella, vamos a decirle Anahí, recorriendo la ciudad a sus anchas, como si no la hubiera visto en décadas,
D e l e i t á n d o s e está. Eso está.

El tema que sigue me molesta, pero lo abordo brevemente y lo mato:

El orden

en las a c t i v i d a d e s.

El orden es complicado para mí. No sé por dónde agarrarlo es altísimo y no le veo nunca la cara, no le puedo ni decir hola. Ni decirle hola puedo.

Y las a c t i v i d a d e s empiezan a

irritarme.

Como no me encuentro bien del todo no tengo ganas de

Hacerlas.

Y ellas esperan, ahí, como ofendidas.

Ahora sí que no las voy a hacer nunca hijas de puta ya van a ver.

(Escuchá estos nombres,
Pasionaria -Nomeolvides-Dalia-Crisantemo-Dedalera púrpura-Duraznero-Orquídea-Glicina-Tronco.

suspirà).

Afuera sobrevuelan las sábanas salmón colgadas de una soga

y el techo de mimbre permite ver la figura del jazmín blanco.

Las décimas de fiebre me saludan cada dos horas haciéndose notar, señoritas high-class.

Le toqué la cabeza a Nena y estaba hirviendo

Me mojé las manos y se las pasé x el hocico.

Su devoción me destruye algunas veces.

Tu puntuación:

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS