Que difícil ver el mundo cuando uno sólo mira su reflejo en el espejo. Y de tanto mirar, la percepción se vuelve confusa, la realidad distorsionada, fruto de una mente obsesiva empecinada en alcanzar el poder.
Y librando batallas absurdas nos sentimos todopoderosos.
Pobres humanos que nunca aprenden…y creyéndose invencibles fueron derrotados.
Una vez más perdieron la batalla.
Pero en medio de la lucha una fuerte sacudida hizo caer el espejo convirtiéndolo en una fría alfombra de cristal.
Al verse despojados de su patético reflejo volvieron a mirar a su alrededor con humildad y humanidad. Y volvieron a mirarse los unos a los otros, descubriéndose pequeños, vulnerables, indefensos. Al fin vieron una imagen real, todos iguales, ninguno débil, ninguno invencible… todos unidos.
Así fue como ganaron la guerra.
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