Afuera está el enemigo. Pequeño, pero agresivo y bien pertrechado. Aquí dentro solo estoy yo. Más pequeño aún, escaso de armamento y sin relevo ni esperanza. Miro a través de la ventana. No se le ve, no suele vérsele. Solo se le percibe. En el esporádico rodar de los vehículos, en las inexistentes voces de los niños, en la lluvia y el frío que solo aumentan el rigor de este asedio. Solo nos separa la frontera. Este muro que un día fue abrigo y hoy solamente es parapeto. Al menos me queda la ausencia. Menos mal que la muerte es inevitable. Afuera está el enemigo. Aquí dentro solo estoy yo. Tu sonrisa solo es un recuerdo. Esta carta es solo un sueño. Yo no la escribo y tú tampoco la leerás. Miro a través de la ventana. No te veo pasar. Miro a través de la ventana.

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