Mi acertada decisión

Tuve que quitar los lastres que me ahogaban en la miseria ¡ésas tantas riquezas! (por las que había trabajado), que me daban confort y comodidad, pero me asfixiaba el alma.

Tomé lo más apreciado, mis hijos, una de las maletas quedó repleta de bisuterías (mi debilidad) y mis muchos perfumes, cada uno de éstos últimos con una historia, un porqué…

Dejé atrás gran parte de mi vida, con la esperanza que fuera un imán y así me llevara de regreso. Con fuerza renovadas para seguir adelante, libre de las amarguras silenciosas que me bebía a escondidas.

No pensé irme y mucho menos por tanto tiempo, fue un viaje no planeado, pero tantas acciones en mi haber, me hicieron sentir inútil.

Veía como se me escapaba de las manos las oportunidades, para actuar. ¿ fue huir?¡ sí! Huir fue la más difícil desicion que tomé y hoy estoy segura que fue la mejor.

Tantas aguas desfilaron por debajo de ese puente, que otrora le llamé matrimonio.

Pisar otras tierras, respirar otros aires, mirar otros horizontes, fue la mejor aventura. Estar bajo el mismo cielo y con el mismo sol, es lo más aceptado.

Con el correr del tiempo me abrigó la nostalgia y añoraba lo mucho que tenía, me dolió y maldije el suelo que me sostenía.

Ésta bendita isla me recibió con todo su esplendor, ella no tenía culpa, pedí perdón una y mil veces, no era ella, era yo.

He saboreado los frutos alimentados por suelo volcánico, he bebido el vino con sabor a fuego interno que sólo puede apreciar quién ve al Teide desde su balcón.

Tengo un Rosal de amistades sinceras que huelen a flor de almendro y con un corazón grande como Tenerife.

Me encontró el amor, ese hombre que besa los pasos que aún no he dado, así parece que es, el amor de un buen (chicharrero).

Floreció la vocación que heredé de mí padre, poetisa me dicen algunos de mis hermanos, y entre tantas líneas voy escribiendo con los pies la felicidad, cuando bailo en las fiestas de cada pueblo.

Gracias, sur-américa por parirme y dejarme ir, les quiero Islas Canarias por recibirme y tal vez, me vean morir…