Lisa y sus hijos, están por embarcarse a una aventura desconocida para ellos. Se irán a España, donde los espera un monton de expectativas e ilusiones. Viajaran en avión, Donde es algo emocionante e inquietante, nunca subieron a uno y sienten emoción, miedo. Lisa viaja sola con sus hijos, su marido ya esta en aquel país esperándolos. Este viaje fue planeado a consecuencia de que los negocios en Buenos Aires les esta siendo difícil. Como el marido de Lisa tiene parientes en Málaga, deciden ir. Primero iría el marido para ver el panorama y después irían Lisa y los chicos. Al llegar al aeropuerto, Lisa y los chicos se despiden de los familiares llorando porque tal vez ya no podrían volver a verlos,. Subieron al avión, pero el avión no despega, pasaron diez, quince, veinte minutos y el avión seguía sin moverse. Dos horas de espera sin poder bajar ni saber porque no despega, solo les dicen – «Cálmense, todo esta bien, ya enseguida partimos». Partieron. Al llegar al aeropuerto de Barajas, Lisa va a retirar su equipaje y luego a visar los pasajes a Málaga. El empleado verificando las reservas de los pasajes le dice que las reservas no están pagas, que no tiene los pasajes. Lisa totalmente angustiada y desencajada, lo increpa- «¿Como que no tengo los pasajes? mi marido los pago y me esta esperando en el aeropuerto de Málaga, corroboren con la empresa por favor». «Señora serénese, aquí me figura que no están pagos, llame a su marido y verifique». Lisa se vio en una nebulosa negra ¿Como le avisa a su marido de su situación? Se siente furiosa con todos, sin ver que solución darle y los chicos con hambre. Entonces recordó que tenia alfajores de dulce de leche que llevaba de regalo, por suerte eran varias cajas, con ello alimenta a sus hijos. En ese momento de calma y ver a sus hijos comer, se le ocurre una idea loca – «Ya se, voy a tratar de convencer a la empleada del locutorio para que me deje hacer la llamada a Málaga, no creo me diga que no ¡Son alfajores de dulce de leche!». Fue al locutorio con la caja de alfajores con el corazón puestos en ellos, y la empleada al conocer la historia de su viaje y ver la caja de alfajores, acepta. Lisa llama a la familia y no le entienden lo que les esta comentando. Hasta que un primo del marido toma el teléfono y comprendió el estado de nerviosismo y desesperación de Lisa – «Calma mujer, ya mismo voy a donde esta Pedro y arreglamos todo, tu tranquila, vale…» A la semana siguiente, Lisa recibe una carta de su hermana preocupada por ellos. Ellos sabían la razón de la tardanza de despegue del avión, el problema fue que había una fuga de combustible en una de las turbinas y salían llamas, entonces debían repararlo para poder seguir viaje.

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