Amalia Jimenez

Emigrar y añorar

Puede ser políticamente correcto hablar qué la causa de la despoblación es únicamente por motivos de trabajo. Y en parte, puede ser cierto. Pero si nos detenemos a analizarlo podemos asegurar otras causas que en muchos casos van unidas. Durante años nos conformamos. Amamos nuestras raíces y nos cuesta volar, abandonar.

Pero llegan los años sesenta y setenta y con ella, la búsqueda de oportunidades , hartos muchos, cansados otros. Era por la miseria que había y la falta de recursos en zonas rurales. Los avances iban muy lentos. No sólo hablamos de avances tecnológicos sino a esos avances primordiales, de la existencia del ser humano, que son la madurez emocional necesaria, para avanzar en todos los aspectos de la vida. Era muy marcada la diferencia por comunidades o zonas territoriales, ya que unas zonas avanzaban y se desarrollaban más rápido que otras. También por zonas, las personas se inclinan por una u otra forma de vida.

En todas las etapas de la existencia humana, hay seres que han nacido más adelantados a su época que otros. Seres que necesitan más que otros, expandirse, crecer, bucar horizontes nuevos. Tener más libertad de movimiento.

Esto es menos probable en zonas rurales. Existe poca privacidad y libertad entre callejas, viendo siempre a los mismos vecinos. Siempre con la apatía latente que da el día a día en estos pequeños pueblos . Hay quien es feliz labrando siempre el mismo trozo de tierra, pero hay quien quiere formarse, elaborar otros trabajos, crecer, conocer, vivir en horizontes nuevos. Eso conlleva emigrar.

Las circunstancias nuevas y el paso del tiempo hacen el resto. Conocer parejas, trabajo e hijos. Así se establecen a veces, demasiado lejos de su lugar de origen. La despoblación no siempre es mala. Hay que trabajar en el sentido de lo nuevo. Unos abandonan pueblos que otros pueden poblar. Sólo falta dar oportunidad. Justos precios de alquiler o venta de viviendas, o rentas de tierras a personas que buscan este tipo de vida. Los que emigran cansados, de la ciudad. Personas que tienen más capacidad para estar en medios rurales. Amar lo rural, no es sinónimo de haber nacido en él. Ante todo, está la libertad del individuo de moverse libremente, fuera o dentro de su territorio. Ante todo están las oportunidades, y deben tenerlas tanto los que buscan horizontes más cosmopolitas, oportunidades de más formación más conocimientos. Como para los amantes de lo rural, de la agricultura, la ganadería. Porque detrás del la despoblación, está la inquietud humana que no cesa aunque sea a costa de pueblos abandonados.

Tu puntuación:

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS