Volveré …

Volveré …

Hueraburt

21/05/2022

Se sentó en la mesa más cercana a la fuente, el sol estaba por ocultarse y la brisa, muy típica de Morelia abrazó su cuerpo. Pidió un té helado y espero…

A lo lejos se escucho, aislada y ajena del murmullo común de la zona, el sonar de una guitarra; la melodía armoniosa  de cada nota acompañada de la risa divertida de unos chicos en rondalla. Joviales, sonrientes y  carismáticos ensayaban una canción. No la reconoció enseguida, pasaron algunos segundos antes de que posara su mirada en la camelina de fondo y se dejará llevar por el recuerdo. Sintió caminar por el pasillo largo que daba a la cocina, la peculiaridad de ese recuerdo le causó risa. Había una gran ventana de herradura cuadrada, estaba vieja y oxidada y los vidrios tan manchados, que parecía que cobraban vida y hacían una mueca. Ayudaba mucho claro, la camelina morada, la embellecía, la acogía o, al menos eso parecía. 

Siempre escuchó esa canción y pensó que tal vez así fueron todas sus mañanas ¿curioso no? Por mucho tiempo las aborreció y ahora, daría la mitad de su vida por  otro amanecer en aquella casita. Esa casita que  guardaba su aroma, su recuerdo de voz en eco, su presencia, su todo. Jamás entendería  él porqué de sus clichés, sus frases repetidas y todo aquello a lo que siempre había huido, tampoco entendía por que nunca pudo comunicarse  como le hubiera gustado, al final de todo ella misma se encontraba ahora con los años, muchas semejanzas.

Una lagrima rodó discreta por su mejilla derecha, se atoro en la comisura de se labio inferior  pero  rápidamente  la recogió con su pulgar.  Habían pasado ya muchos meses, tal vez años, ni siquiera era capaz de sacar bien la cuenta. Solo sabía que entre más pasaba el tiempo, mas y mas la extrañaba. Su risa, su aroma, el cantar con su golondrinas, su andar en la nostalgia similar al corazón herido y aún así conservar la alegría esperanzadora. 

Su mano infalible, su abrazo discreto que reconfortaba el tiempo, su cálida mirada …habría sido bello estrechar su mano aquella madrugada. Habría sido bello acompañarla en su último instante, tal como ella lo había hecho durante toda su vida.

Mamá –  pensó – te extraño mucho

Tomó su bolso, dejo un billete y se marcho, después de todo, siempre le quedaría su música.

(Artista: Los Ángeles Negros Álbum: Super Grupos del Amor

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