La oruga y el camino
... la oruga, mirándose a sí misma, por ser albina, no acertaba a predecir en qué animal se convertiría...
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... la oruga, mirándose a sí misma, por ser albina, no acertaba a predecir en qué animal se convertiría...
Lo embargó la sensación de haber sido arrojado al segundo presente, sin ninguna historia previa al entrar a la cocina y no ser capaz de recordar qué buscaba allí. Emergió un nombre en su cabeza: Arquímedes. Estaba pensando en «El Contador de Arena» y quería encontrar la cita precisa. Un automatismo torpe, como si estuviéramos...
Apoyo las suelas infantiles de mis zapatillas en el suelo anciano de la plaza y comienzo a correr sobre esta tierra por la cual paseamos todos para llegar a su juego universal: el tobogán. La pigmentación de su piel lo disfraza de colores primarios y chillones, intentando desviar mi atención de lo que sucede dentro...
Viscosas.Flácidas.Absurdamente rebosantes. Mis lorzas. Siempre me acompañaban, plenas de alegría, usurpándome. Qué egoístas. Mientras, frotaba. Frotaba, y frotaba, y seguía frotando un poco más, aquél olor. Aceite usado, podrido. Detestable. No existía suficiente jabón en el mundo, para asesinar aquel palpable golpe de pulmón. Miré, y le volví a encontrar. Siempre estaba ahí,en la esquina,...
Era una noche torrencial y fría cuando me quedé dormido en el sillón, arrullado por el crepitar de la chimenea. La voz áspera y maternal de la lumbre fue tan efectiva que, por primera vez desde la muerte de mi esposa, dejé el whisky sin tocar. La calma se desmoronó cuando escuché un portazo. Brinqué del sillón, tomé un cuchillo y corrí de...
Difícil determinar cuándo las conversaciones alrededor de un humeante café o durante una frugal cena, se convirtieron en monólogos. Después de treinta y dos años juntos, parecía que se lo habían contado todo, según la percepción de ella. Para él nunca había suficientes palabras con las que rellenar los huecos de su existencia. En sus...
Lo sé, amigo, lo sé… Sé que has querido ayudarme, que has golpeado a mi puerta y me has telefoneado infinidad de veces. ¡Lamento tanto no haber devuelto tus llamadas! Pero… ¡Ay, hermano! ¿Cómo explicarte la angustia sin par que acompaña últimamente mis noches en vela? ¿Cómo pedirte, hermano, que comprendas y consueles la congoja...
Un objeto inusual flota en el desván de una viviend. Es un campo que reta la interpretación. Tere propone que se trata de una esfera de cuatro dimensiones. Ella interactúa con la familia. A pesar de que provoca preocupación, se transforma en algo útil e incluso práctico, como cuando Paco la emplea para cambiar lámparas sin necesidad de escalera. La existencia de la esfera, perturba la dinámica de la familia. Pili se siente desubicada por el objeto. Gradualmente, la atracción inicial se disipa. Tere también se va, dejando a Paco solo; La enigmática entidad empieza a decaer, casi como una manifestación de la soledad y el agotamiento emocional que ha provocado.
Una confusión mental, un delirio, puede inducir a una persona a cambios súbitos de su propia conciencia. Como don Quijote, Gabriela, “la bibliotecaria”, era una obsesiva lectora; vivía abstraída leyendo noche y día. Amaba tanto a los libros que los olfateaba, acariciaba y saboreaba. Por la calle siempre caminaba sumergida en la lectura. Muchas veces...
Pues la renovación creo que va bien, lenta, pero constante de alguna manera… Bueno, de momento, el mayor progreso ha sido poner algunos estantes en la pared. Pero este chico no tiene mucha idea realmente así que terminé haciendo yo la mayor parte. Tomé todas las medidas e hice las marcas pertinentes, y él quedaba...
De momento no había nada en esos espacios entre neuronas. Pero la mano se posó en esa otra cabeza y el plan se iteró solo. Vertidas en su cerebro estaban las series televisivas, las dianas oscilantes sobre cuerpos ajenos, libros de anti gravedad, rostros escupidos, huidas por pasillos del colegio y ese olor nauseabundo a cloro. Se agazapó en silencio...
Dos hacen mi hogar Son las 7 am y en este hogar hay dos razones pa zambiar. Un par de ratoncitos sin igual, que al sonido del chaqueño se ponen a zapatear. Uno es amante del carnaval y el otro siempre listo, dispuesto a acompañar. Entre mates, comics y canto salteño, yo solo me detengo...