Insignificancia
El escarabajo miró hacia arriba sin saber que veía. Se acercó a la orilla del rio, escuchando, sin saber que oía. Siguió hasta que lo pisé y dejó de seguir. Dejó de ver. Dejó de oir.
203participaciones
El escarabajo miró hacia arriba sin saber que veía. Se acercó a la orilla del rio, escuchando, sin saber que oía. Siguió hasta que lo pisé y dejó de seguir. Dejó de ver. Dejó de oir.
Es media noche. Observo la calle desde el balcón. Siempre ha sido pequeña y desconocida. Por eso es un meadero de perros y apesta en verano. Enciendo un cigarro, el último del día. Entonces los veo. Hay unas personas sentadas en la acera de enfrente. ¿O están en cuclillas? Tal vez una anciana que se...
– ¡Shisss! ¡Bajito por favor! Dice 485. Está prohibido utilizarla, ella no piensa, hace; parece que piensa, pero no es así; su práctica es indudable. – A mí no me da ganas de preguntarle nada, menos tocarla; me siento estropeado por la aparente frialdad de responder a una pregunta que nadie entiende. Dice 375. –...
Cuando desperté no sabía dónde me encontraba, desde luego no parecía lugar de este mundo, a mi alrededor los libros bailaban haciéndome corro a los sones de una música que no ensordecía pero que todo lo inundaba; a un cambio de ritmo, el tomo veintiocho de la Enciclopedia empezó a menear sus páginas con frenesí...
Una pareja se encuentra en una situación un tanto surrealista .Está en medio del océano en una balsa de madera a la deriva. Nadie sabe cómo han llegado hasta allí. En su errante navegar se van encontrando con recursos de dudosa procedencia, que les ayudan a mantenerse vivos y de los cuáles, ellos aprovechan todo para su subsistir. Pero hay una nota discordante en esta historia, ¿Por qué no recuren a lo que tienen más a su alcance? ¿Por qué siendo tan abundante lo desestiman? Puede que el lector después de leer esta historia encuentre alguna similitud con nuestra forma de actuar ante la vida y ante las vicisitudes que ella nos presenta.
Del otro lado de la calle estaba el huerto del gringo Erik y su extraordinario durazno de frutos blancos. Eran duraznos albinos, como su inventor. Su piel era de un blanco mate, mientras que la pulpa tenía un albor de nieve de la que recordaba la blandura fresca y crujiente. Eran exquisitos; su sabor delicado...
Una gota de agua saluda a un ser humano en la intimidad de la habitacion principal.
Esta educación que he recibido me impide aceptar lo imposible. Por imposible califico aquello que no entiendo o no puedo demostrar. Así me devano el cerebro y las ideas se me atragantan cuando veo la lucecita roja y huelo a tabaco otra vez en el cuarto de los padres. Se me llena de lágrimas el corazón....
Las paredes cambian de color por las noches sin que yo pueda opinar ni hacer nada para evitarlo. Los muebles cambian de posición de manera constante. He acabado acostumbrándome. ¡Qué remedio!
Nunca debí tocar ese cofre de madera, pero mi curiosidad siempre me hizo tomar malas decisiones.
Si esa mañana alguien me hubiera dicho, cosa de todo punto imposible porque nadie conoce el porvenir, aunque algunos quieran atribuirse esa facultad, que iba a aparecer en mi vida un hermano del que desconocía absolutamente su existencia, me hubiera echado a reír hasta que me doliese el cuerpo de las contracciones y espasmos musculares....
Dejo mis gafas cuidadosamente sobre la mesilla, como cada noche antes de irme a la cama, una precaución para poder localizarlas al primer manotazo de topo cuando me desperezo por la mañana. Me introduzco en la ligera funda de plumas que subo hasta el cuello, dispuesta a entregarme al sueño profundo con el que necesito...