Resistencia de la manguera
Lo sé, amigo, lo sé… Sé que has querido ayudarme, que has golpeado a mi puerta y me has telefoneado infinidad de veces. ¡Lamento tanto no haber devuelto tus llamadas! Pero… ¡Ay, hermano! ¿Cómo explicarte la angustia sin par que acompaña últimamente mis noches en vela? ¿Cómo pedirte, hermano, que comprendas y consueles la congoja...