A veces, uno sale de casa sin rumbo fijo, pero cuando se está a seis grados bajo cero, sueles fijarte un destino, sino no sales a exponer tu cara al frío que la corta y enrojece.
Aquella tarde, decidí que para cenar iba a hacerme una ensalada diferente, recomendación de mi hermana.
Me faltaba el ingrediente principal, así que a pesar de la temperatura, salí a comprarla al supermercado más chic de la ciudad, el único donde podría encontrarla. Entré en él, y busqué la achicoria, la verdura que necesitaba.
Al principio, no la vi y eso que di como tres vueltas alrededor de las lechugas, buscándola. Finalmente pregunté por su ubicación.
Aquí la tiene, me dijo el dependiente, al que seguí hasta el stand de las verduras.
Gracias. ¿Cómo es posible que no la haya visto?
Nos pasa a todos alguna vez, me contestó.
La achicoria tenía un cartelito que ponía 1,99€ el Kg. Cogí dos.
Cuando llegué a la caja para pagar, me cobraron 1,99€ por pieza.
¡Perdón señorita! En la caja pone 1,99€ el Kg., le dije a la cajera.
Lo miramos, me contestó mientras iba a comprobarlo.
Al cabo de unos minutos me dice: Sí, pero no. No podemos cobrarle por Kgs., sino por piezas. En el cartel pone por Kgs., porque no se puede borrar y además una col nunca se cobra por Kilogramos. ¿Lo entiende, no?
No, si en el cartel pone por Kgs., se debería cobrar por Kgs., o si no especificar o cambiar la tarjetita.
Es que le explico, las letras de la etiqueta no se pueden borrar, aunque está claro que esto lo cobramos por piezas. Puede devolverlas si quiere, nosotros le abonamos el importe.
No, solo les informo para que lo corrijan, no se ha de engañar al cliente.
¿Dónde ha visto Vd. pagar una col por Kgs? Se pagan por piezas y ya está. Es lo normal.
Quizás, pero creo que deberían detallarlo, porque el rotulo se presta a confusión. Aun venden tarjetitas y bolígrafos para detallar si son kilogramos o piezas. Seguro que no soy la primera…
La siguiente, dijo y me dejó con la palabra en la boca y levantó la mano derecha como apurándome a que marchara de allí.
La rabia me creció hasta el punto de acercarme al stand y arrancar el cartel. Se lo dejé a la cajera. ¡Ya está! Solucionado.
Seguridad, por favor, acérquense a la caja, vociferó por megafonía.
Dos morlacos con uniforme venían por el pasillo a toda prisa con la mano derecha sujetando la porra que llevaban a la cintura.
No hace falta, chicos. Sé donde está la salida.
No me podía creer que dos letras fueran capaces de crear ese clima de arrebato y confusión. Kg, Kg, Kg., quizás tengamos que hacer una tesis para interpretar su significado.
¿Ya no sirven las palabras ni las gomas?
Vivimos una etapa en el que a lo mejor tú no eres tú y yo ya no soy yo.
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