El Muro En La Mente

En un pequeño pueblo en México cerca de la frontera con Estados Unidos. Un escritor muy elegante camina por la acera a lo lejos se ven las nubes grises esta apunto de llover. El hombre no se preocupa de cuál será su siguiente historia, ya él tiene algo de dinero ahorrado, ha pagado sus cuentas, no tiene deudas. De lejos se pueden ver unos niños jugando futbol, una pareja joven caminan al otro lado se les puede ver tan felices quizás rumbo al cine, otra pareja que se nota que ya pasan de los cincuenta años están sentados comiendo mientras platican. El escritor entra a una cafetería, «La cafetería del destino» Le han cambiado el nombre porque algunos decían, que si mirabas con atención después de un par de horas muy en el fondo podías ver tu destino dentro de la tasa de café.

Joder esto está mal “¡No no no!” en un pequeño pueblo, en el norte de México cerca de la frontera con Estados Unidos. Un escritor con gabardina café ya muy gastada, con sombrero y su cabello muy largo. El hombre preocupado por que debe dinero desde hace tiempo. El está sin trabajo aunque tiene talento para escribir nadie lo contrata. Preocupado sin poder pensar que novela escribirá, se para delante de un bar, “el bar del destino” El dueño le ha puesto ese nombre. Porque él dice que después de haber bebido, más de lo suficiente puedes ver muy clara mente el destino que te espera o el destino de alguien más si su destino está unido al tulló.

A lo lejos no hay mucha gente. Están dentro de sus casas será por la ligera lluvia o por el temor a estar fuera. Desde el bar al final de la calle se alcanza a ver unas personas discutiendo, con ganas de pelear y en una esquina más lejos, se le ve a un hombre alto delgado con las manos ocultas esperando quizás a alguien para robarle sus pertenencias.

El preocupado escritor decidió entrar al bar del destino a embriagarse. Hay muchos bares pero a él le gusta ese, porque es muy oscuro, ahí le presta el dueño le da los tragos y después puede pagar ya que es un buen cliente. Además le gusta que a casi nadie le guste ese lugar Así hay menos gente adentro, por tanto menos delincuentes con los que lidiar o tener que saludar. Para que vean que no eres un extraño y no te roben lo que tengas si es que tienes algo. Bueno es el consejo que alguien le dio ya que esa persona le dijo que esas personas roban a los que no reconocen, que sean de ese pueblo. Es decir roban a cualquiera que no sea de ese lugar, así de descarados son ya que la ley y sus familiares los protegen. Para no adentrarnos en eso resumiré el por qué la ley y las personas protegen a los delincuentes. Porque ellos mantienen el dinero fluyendo, hacia el gobierno corrupto y sus familiares salen a defender los ya que eso son sus familiares. De tantos que hay todos conocen a muchos y muchos conocen a todos así pueden robar cada que lo necesiten. Viven entre si todos en ese pueblo y en el resto del país. Como un árbol deja caer su fruto para crecer en un círculo interminable. La gente vive en un círculo vicioso de sangre, unos más idiotas que otros se matan entre sí; mientras los niños crecen para ser igual a ellos y seguir con el círculo de la ignorancia. Enredándose unos a otros como una madeja de hilo.

La línea imaginaria, echa por la ignorancia, el odio y la tristeza una línea que pronto se convertirá en un muro. “Me molesta tener que explicar todo porque no solo puedo poner La línea imaginaria echa por la ignorancia y el rencor la gente tonta no lo entenderá” Dijo el escritor antes de sentarse en aquel bar. Después de tomar un buen trago de su tequila doble, agarro una botella muy extraña, se alejo de la barra para sentarse en el segundo piso en la esquina solitaria. En esa esquina se puede ver hacia afuera pero no hacia adentro a través de la ventana mirando enfrente. Se acaba de mudar una familia y su casa queda justo enfrente de otra casa sus casas están muy cerca una de la otra, incluso sus patios delanteros casi chocan, en medio de las casas casi se unen.

Unos trabajadores con cascos ropa naranja y herramientas han pasado a marcar una enorme línea blanca sobre el cemento, encima incluso de la tierra han puesto unas cintas y marcaron algunos postes de luz. Las personas platican entre ellas se les escucha decir que próximamente, pondrán un muro enorme para dividirlos unos de otros.

«Los monstruos comen duermen viven con nosotros»

Las dos familias de enfrente del bar. Los que se acaban de mudar, son Estadounidenses la familia de enfrente a ellos, son Mexicanos los Estadounidenses son: el papa Frank, la mama Kate, sus hijos un niño de doce años Paul, un niño de siete años Lucas y una niña de seis años Lena.

La otra familia son Mexicanos: es el papa Pepe, la mama Irma, una hija de trece años Alondra y un niño de ocho años José muy travieso.

El escritor esta mirándolos desde el bar mientras toma y fuma casi a tomado media botella se le a ocurrido algo, tiene una idea.

El muro esta hecho, tiene nueve metros de alto desconoce cuánto tendrá de profundidad, pero sabe que no se pueden hacer túneles y además hay mucha seguridad.

Las dos familias no se conocen, viven muy cerca una de la otra pero sin embargo por culpa de ese muro, no pueden verse ni siquiera se pueden escuchar.

Irma está llevando a sus hijos a la escuela. José le pregunta a su mama ¿porque esta ese muro ahí?, Su mamá le dice, es porque hay monstruos del otro lado. Su hermana le sigue la corriente le dice si salen por las noches y se llevan a los niños. José se queda mirando el muro tan grande e imponente se dice a sí mismo, no creo que puedan pasar esa barda tan grande.

Del otro lado del muro Lucas y Lena están jugando cerca del muro. Su mama los regaña les dice, ya les he dicho que no jueguen tan cerca del muro, los monstruos se los van a llevar. Métanse a comer, corran a lavarse las manos. Durante la comida le pregunta Lena a su mama.

—Mama y de donde salieron esos monstruos.

—Cada que dicen mentiras, hacen algo malo, cuando roban, sienten odio o tristeza de ahí nacen los monstruos son unos monstruos muy malos se comen a los niños. Los hay de diferentes colores, azules, morados, amarillos, verdes, negros y rosas.

—Me gustaría verlos —dijo Lucas.

—¡Ya les dije que no se acerquen al muro! —dijo Kate—. A la próxima, que los vea jugando cerca de ahí, les voy a tener que pegar para que entiendan está claro.

—¡Si mama!—dijeron ambos al mismo tiempo.

—¿Paul y tú has visto a los monstruos? —Lena le pregunta a su hermano mayor.

—Claro que los he visto —dijo Paul, algo emocionado—. Son enormes con dientes muy afilados para comer, bocas grandes algunos son muy peludos otros tienen muchos ojos, más de dos manos, cuando gruñen por las noches se pueden escuchar muy cerca.

Es de noche Lena y Lucas están acostados. Paul duerme en otro cuarto sus padres en otro más al fondo.

—¿Quieres ir a ver a los monstruos?—Lena le pegunto a Lucas.

—Claro me gustaría verlos—Lucas dijo susurrando—. Pero como con ese muro tan grande, nunca podremos.

—vamos Lucas sé donde hay un agujero comienza la misión —dijo Lena—.No te había querido decir, es que era sorpresa pero es que ya quiero verlos.

Los dos salen sin hacer ruido, sin zapatos en piyamas muy despacio, pero Lucas golpea un juguete muy ruidoso que está en el pasillo. Despierta Paul los ha escuchado, sale a decirles.

—¡Que están haciendo!

—Vamos a ver a los monstruos —dice Lucas—. Lena sabe donde hay un agujero para poder verlos.

—¡Lucas cállate tonto! —Lena dice muy rápido, enojada.

—Con que si los voy a tener que acusar —. Paul los callo mientras bostezaba—Es por su bien pero mañana por ahora regresen a dormir; como se les ocurre salirse tan tarde.

—Para que le dices que íbamos a ver a los monstruos —Mientras regresan a la cama Lena regaña a Lucas.

—Es que se me salió decirle y a hora nos va acusar —dice Lucas.

—Si no debiste decirle eres un tonto van a tapar el agujero de seguro, bueno ya vamos a dormirnos ya pensaremos en algo para poder verlos.

Al otro día José está en la escuela con su mejor amigo, que le dicen churro y sus amigos compañeros de la escuela, platicando del muro uno de sus amigos dice.

—A mi me han dicho que han puesto ese muro porque del otro lado, viven unos ciclopes gigantes que miden más de cuatro metros y echan rallos por su ojo.

—¡Tú no sabes ni cuanto son cuatro metros! —contesto churro—. Eso lo acabas de inventar.

—A mi me dijeron —dijo otro de sus amigos—. Que por las noches está lleno de hombres lobo que salen a buscar comida.

—Los dos se equivocan —dijo José—. Está lleno de monstruos que quieren comernos, por eso hay soldados cuidando y francotiradores en esas grandes torres para que no los atrapen los monstruos.

—¡Idiotas que no saben nada! —Otro niño más grande los oye se acerca y les dice—. Ese muro lo han puesto por que del otro lado hay personas, que no quieren a los de este país porque hay muchas personas malas.

—¿Y qué del otro lado no hay gente mala? — José le pregunta.

—Por supuesto que si idiota —El otro niño le contesta. Mientras camina hacia atrás porque va de paso, se aleja al mismo tiempo que avanza.

—Lo ves te lo dije solo hay personas del otro lado —Churro le dice a José—. Que supongo les gusta hacer muros es todo José.

—¡Ya es hora de irnos! —Sus amigos dicen.

—Vamos por nuestras mochilas —dice churro.

—Ves te dije que no había monstruos —Churro le dice a José mientras caminan a la salida.

—Ya lo sabía —dijo José—.Solo me lo creí por un momento por que el muro es muy grande para alguna persona.

—Mira hay viene tu mama —dice José mientras señala.

—Bueno adiós José —dice churro y se despiden.

—Nos veremos mañana churro mi mama aun no llega me esperare otro rato.

En la torre más cercana a la casa de ambas familias. Dos francotiradores el que está en turno y su relevo. A uno lo acaba de terminar su novia por eso están fumando mariguana, escuchando música, tomando cerveza, mientras practican tiro al blanco con unas latas, desde donde están se pueden ver los dos lados del muro.

No llego la mama de José a la escuela. José decide irse solo a casa ya casi no hay nadie en la escuela, comienza a caminar José siempre toma la ruta que está cerca del muro para llegar a casa más rápido. Esa calle en lugar de acera por todo su lado derecho tiene el muro que la recorre hasta dar vuelta. José se apresura ya se está ocultando el sol.

Del otro lado del muro están Lena y Lucas amarrando un celular a un par de palos y tubos le ponen algo de cinta, lo van a usar para grabar lo que hay del otro lado sus padres y su hermano no están, así que ellos han aprovechado para investigar lo que hay detrás del muro. En la torre los francotiradores están distraídos ya han fumado mucha mariguana, además no saben disparar bien son unos novatos. La vara de Lena y Lucas esta lista, comienzan a subirla de pronto uno de los francotiradores voltea, mira una luz la luz del reflejo del celular. Le dice a su compañero, mira creo que hay algo de acción, su compañero sonríe donde dime; voltea muy emocionado mientras le da un trago a su cerveza. A Lucas se le resbala la vara, Lena no la puede sujetar. la vara cae y el celular queda hecho pedazos Lena regaña a Lucas.

—Tonto es el celular de papa nos van a castigar por tu culpa tarado —dice Lena estando muy enojada.

—¡Tú también al soltaste! — dice Lucas.

—Tengo una idea —dijo Lena—. ¿Qué dices si solo uno de los dos se echa la culpa como en la caricatura de los ninjas

—Para que tú no te echaras la culpa, siempre me haces lo mismo.

—Te daré todo el dinero que me den, durante un mes —dijo Lena.

—No no quiero —dijo Lucas.

—Está bien —dijo Lena—. El que logre aventar una piedra, pasando el muro gana de acuerdo y el otro tendrá que echarse la culpa de haber roto el celular.

—Bueno estoy desacuerdo.

Comienzan a arrojar rocas pero ninguno logra pasar del muro. El francotirador con el rifle los tiene en la mira, su compañero tiene unos binoculares los está mirando

—Son solo unos niños —dice el francotirador con el rifle.

—Sí pero están arrojando algo, observemos —dice su compañero mientras los mira con sus binoculares.

—Dame otro cigarro para apuntar mejor — dice el hombre con el rifle.

Alotro lado está caminando José le cae una piedra de las que están aventando Lena y Lucas justo enfrente. José se detiene ve que están cayendo un par de piedras se enoja les grita malditos tomen esto casi me dan en la cabeza, comienza a arrojar también unas piedras al otro lado mientras José está arrojando las piedras. Desde lejos viene corriendo un hombre muy joven con apenas veinte años de edad es delgado, moreno, con la cabeza rapada, tiene unas pequeñas cicatrices en todo el cuerpo y ropa muy usada salió corriendo desde la esquina muy rápido dejando polvo de la tierra que levanta al correr en las calles llenas de tierra y piedras, su nombre es Juan un hombre que ya antes había estado en prisión. Se acerca corriendo hacia José muy rápido con una pistola y un tabique de cocaína en las manos. José ya lo conoce no es malo él nunca ha matado a nadie no ha lastimado a nadie pero no tuvo opción ya que no tenia estudios, ni dinero para sobrevivir se crio en la calle así que se dedico a lo más fácil para él, robar y vender droga. Se le acerca rápido a José leda el tabique de cocaína le dice ¡escóndelo rápido regresare por el luego rápido José maldita sea! Se echa a correr una patrulla está dando la vuelta patinándose. Sus sirenas suenan fuerte están persiguiendo a Juan le hacen unos disparos al aire de advertencia mientras le gritan muy fuerte ¡Detente o disparo!Los francotiradores se agachan uno le dice al otro no puedo ver bien estoy muy drogado te dije que o fumábamos o tomábamos.

Al otro lado Josémira la patrulla arroja rápido el tabique de cocaína hacia donde esta Lucas y Lena. Los francotiradores creen que se estaban mandando señales droga o algún objeto, mientras uno le apunta con la mira del rifle a Lena.

Lucas y Lena están revisando el ladrillo de cocaína el francotirador está mirando que trae en las manos.

—Si es un tabique de cocaína —dice el francotirador con el rifle.

—Si ya lo vi que hacemos —dice su compañero.

—Destápalo veamos que es tal vez es dinero —Lena le dice a Lucas lo que trae el paquete.

—Tal vez sean chocolates o mejor aún puede que un celular nuevo —dice Lucas. Los dos se ponen felices.

Del otro lado del muro José se echa a correr, después de haber aventado la droga cuando se aleja, su hermana alondra está dando la vuelta sobre la misma calle donde José está corriendo ha ido a buscar a José después de escuchar los disparos y las patrullas. El francotirador le está apuntando a José en la espalda mientras José corre muy rápido hacia donde está su hermana su hermana le grita ¡corre José! El francotirador sujeta bien el mango del rifle acomoda su hombro listo para disparar respira muy profundo y cierra los ojos.

Sinopsis:

Todo comienza con la construcción del muro en la frontera Estados Unidos con México. La historia se centra en dos familias una Estadounidenses y la otra Mexicanos son vecinos pero después el muro los divide es construido justo en medio de las dos familias. Así es como esta historia provoca un efecto que para los tontos es extraño, para los necios es solo un veremos, para los astutos es un efecto de miedo algo de respetar. Estoy hablando del efecto mariposa en nuestras mentes y en la realidad futura.

Al final existe una moraleja que se trata de explicar dando unos giros y un final inesperados para cualquiera que la mire.

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