Y ahí, entre todas tus cosas raras, ahí seguía yo, impertérrita e indecisa, a medio camino entre continuar o dejarlo. Atrapada entre un instante de ternura y la insidiosa desidia de tu ira contenida agazapada bajo capas de reproches sin sentido, siguiendo la retahíla de un discurso absurdo e insustancial a cerca del amor, el respeto y el cuidado. Ahí continuaba intentando aplacar una marea de verborrea improductiva e hiriente mientras intentaba averiguar el verdadero sentido de tus palabras y el motivo de tu nueva pataleta…
Deseaba sanar a tu niño interior….pero no podía alcanzar las heridas de tu alma. Tan solo podía escucharte y tratar de aplacar tu ira… Pero…espera, ahora vuelves a hablarme de amor…
Tomo un sorbo de café. Sentados en la misma mesa en la que juremos amor eterno, en aquel café de Madrid dónde me besaste por primera vez mientras me hablabas del amor. Comparabas el amor con una reliquia de cerámica que acaba agrietándose con el tiempo y el ambiente, con el uso y ¿por qué no?también con el desuso, con los golpes y los roces. Con una historia en cada grieta que volvía a colocarse y se colaba con tal cariño que hasta el roce de la cola acariciaba la porcelana con la suavidad, la ternura, la gracia y la sensibilidad y la fuerza que dan los años… Olvidaste decir que a veces la porcelana se cambia, se da por desgastada y de repente uno se encuentra enganchando trozos mal pegados y descubriendo grietas que no son las suyas….Todo nace y todo muere. Todo lo que surge cesa..
Y ahora llueve…El estruendo que sucede al relámpago apacigua el tono de tu voz…
Y sigues insistiendo en que yo saqué lo peor de ti…Nada que no exista dentro de uno puede surgir de ahí.
De nuevo la ira transforma tu rostro. No deberías seguir ocultando tu rabia, tu egocentrismo, tu perversión y tu psicopatía emocional tras ese falso telón de melancolía y victimismo. Abrázate….Tan sólo cuando puedas abrazar a tu sombra podrás amarte. Yo pude hacerlo… Que paradoja, ¡si eras tú quién hablaba de amor!
Y hubiera deseado tanto que el problema que tenías conmigo lo resolvieras conmigo… pero por razones extrañas decidiste hacerlo con la persona equivocada…Aquella misma que hizo que de nuevo transportara mi alma a tu vera por la lástima que sentí cuando confesó que nunca te había amado.
Es difícil amarte, lo sé. Pero nunca me di por vencida. Dónde ella veía inconvenientes yo erigía virtudes…Lo que ella aborrecía yo lo aceptaba como parte de tu a veces menor encanto. Ella me buscó. Deseaba saber como gestionaba yo tu mal carácter, tu monotonía, tu falta de improvisación, tu irascibilidad, tu poca empatía y tu egocentrismo…Le expliqué que yo lidiaba con todo ello hábilmente porque te pertenecía a ti y formaba parte de tu totalidad…Ella no cejaba en el asombro de que pudiera amarte…
Sentí tanta lástima…
Al volver a tu lado te acaricié el rostro deslizando las yemas de los dedos por tu mejilla dejando que fluyera toda esa amalgama de sensaciones, de amor y compasión que sentía…
-¡ Sabes que no soporto que me toques la cara!_ gritaste como de costumbre mientras yo sonreía para apaciguar tu ánimo.
Logré que sonrieras como tantas veces…
Y ahora, ¿ Que haces?
Vuelves a hablar de amor…Mientras tu mano se abre paso en mi entrepierna…
-Estoy cansada…-te digo mientras vuelves a estallar en cólera…
-No das nada. Cualquier compañera de trabajo me da más amor que tú…
Mientras me retiro oigo tu retahíla….Vuelves a hablar de amor…
SINOPSIS
Una visión objetiva del enamoramiento, el amor y las relaciones de pareja en el marco de las distintas fases que atraviesa con la percepción algo irónica de una mente absolutamente racional pero dada al romanticismo..
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