Hola, como ya te habrás dado cuenta, mi nombre es Esperanza. Soy una aprendiz en este área y me gustaría mejorar más y saber tu opinión, estaría muy agradecida si comentaras o me dieras una crítica constructiva. Gracias por tu atencion, espero que lo disfrutes.

CAPÍTULO 1

Despierta, despierta. Una voz femenina llamaba con insistencia, ¡Despierta de una maldita vez! ¡KIRA!. Los ojos se abren súbitamente al escuchar su nombre, pero no podía ver nada más que una luz de la que parecía estar alejándose. El aire choca contra su cuerpo, su cabello golpea su rostro y una sensación incómoda e insoportable de vacío en su estómago está ocupando sus pensamientos. De pronto una idea pasó fugazmente por su mente, ¡Está cayendo!. Aquella luz se disminuyó hasta que ya no había más que oscuridad y el sonido del viento. Desesperada por saber a dónde inevitablemente se dirige, giró su cuerpo, el viento lastimó sus ojos provocando que los cerrara de improviso, eso no impidió que rápidamente empezará a abrirlos poco a poco mientras las ansias la carcomía por dentro. Pronto la invadió el terror, estaba totalmente oscuro, ¿Chocaré contra el suelo? ¿Moriré? ¿Por qué estoy cayendo? ¡¿Dónde estoy?! Pensó. Trató de encontrar el borde o una pared para intentar agarrarse, pero no lo conseguía por más que intentara avanzar y llegó a la conclusión que el hueco era más grande de lo que a ella le había parecido.

Sus ojos no dejaban de estar abiertos, no pestañeaba seguido, temiendo perder algo importante. No lloraba, sin embargo las lágrimas salían sin poder humectar. No pensaba en nada más que en la presión en su tórax además del vacío en su estómago y por supuesto el miedo al enfrentar su muerte. Se da por vencida y cierra sus ojos esperando lo inevitable, pero pronto se dio cuenta que estaba equivocada. Una pequeña luz se expandía poco a poco en lo profundo, su corazón comenzó rebotar de felicidad ante el rastro de esperanza. Sin embargo, conforme avanzaba y se acercaba a aquella luz, pensaba que era demasiado pequeño para que ella pudiera pasar, su corazón comenzó a latir frenéticamente por la posible e inminente muerte y por primera vez sintió un dolor en su pecho a causa de su movimiento frenético.

De pronto aquella luz la tomó por sorpresa envolviendo y cegando su vista mientras su instinto hizo que moviera su brazos para proteger sus ojos, pensó que fue inútil ya que sentía que no volvería a ver después de eso. No obstante, segundos después descubrió: que no había quedado ciega y podía ver a su alrededor, se encontraba en una especie de túnel redondo que tenía orificios circulares de los cuales no podía precisar la longitud, el color de la pared era gris y el material parecía cemento y a la vez metal, no estaba muy segura. Después de todo estaba cayendo a una gran velocidad. Lo que más la impactó, ¡Una chica!, sabía que ella también era una chica pero pensó que estaba sola, se encontraba a un metro de distancia y no parecía estar consciente, tenía el cabello ondulado de un color café oscuro. Inesperadamente un sonido atrajo por completo su atención, ella miró hacia el fondo y su rostro se petrifico del miedo al ver de qué se trataba. De sus labios solo brotó una palabra, pero llena de ira ante el suceso.

-¡¡Maldición!! – gritó tan fuerte como pudo. En el hueco, una compuerta, se abría y se cerraba con un sonido escalofriante. Dejando momentos de luz y otros de completa oscuridad. Conforme pasaban los segundos la presión en su pecho aumentaba más, no sabía cómo salir de la situación en la que se encontraba y por más extraño que fuera, tampoco quería sobrevivir sola, entre más pensaba más le parecía abominable la idea de que la chica no sobreviviera. Pensó que si se unía a ella el peso aumentaría la rapidez con la que caía y eso les podría darles una oportunidad. Sabía que los objetos, sin importar su peso caían al mismo tiempo, pero esto sólo ocurría si no había viento.

Se sorprendió por el conocimiento, del cual no lograba precisar su origen, pero no le dio importancia y comenzó a acercarse a la chica. No sabía si era por el viento, pero sus manos temblaban mucho, tal vez la aterraba el hecho de que podrían ser partidas en la mitad. Movió su cabeza intentando apartar el pensamiento y se enfocó en su objetivo. Una vez agarrado su mano, las cosas se facilitaron, pronto se había unido a ella para generar mayor peso y en cuestión de segundos efectivamente el peso ayudó a mejorar la velocidad. Estando a diez metros de distancia, la compuerta se cerró de pronto para no volverse a abrir, sumergiéndose en la completa oscuridad de aquel túnel. Kira sabía que no podía hacer nada, que había hecho todo lo posible, ahora solo le quedaba enfrentar el irremediable final. Se sentía impotente, engañada, iracunda y sobre todo triste, por no poder salvar aquella joven. Por alguna razón, que nunca sabría, algo en lo profundo de su alma quería protegerla. Cerró los ojos, a pesar de no ser necesario por la oscuridad y con voz temblorosa dijo.

– Lo siento, no pude protegerte…

No te preocupes, sé que hiciste lo mejor que pudiste, siempre lo has hecho.

Kira quedó desconcertada al oír aquella voz en su mente, pero los hechos de lo que acontece la distrajeron: sintió como su cabeza y luego su cuerpo se detenía sin previo aviso, no percibe ningún material que provocara ese cambio además del que la joven no generaba peso en ella. Trato de entender, de buscar en su mente una explicación, pero el único pensamiento que surgió fue ¿Cambio de gravedad? ¡¿CÓMO ES POSIBLE?! Abrió los ojos y se encontró con el cuerpo de la chica flotando unos centímetros encima de ella. Miró a su alrededor buscando respuestas y observó que los huecos de la pared del túnel, distribuidas en forma recta con una distancia igual unas de otras, se encontraban encendidas proyectando algo de luz a su alrededor. Kira miró hacia arriba de donde venía cayendo pero la oscuridad reinaba ya que solo cuatro hileras horizontales, más cercanas a la compuerta, producían luz. Por más que buscaba, no encontraba alguna otra cosa que generará el cambio de gravedad, supuso que en los huecos que no proyectaban luz, la gravedad era la misma que había experimentado segundos antes y por lo tanto aquellas luces provocan ese cambio drástico.

Ella esperó unos segundos para ver lo que sucedía pero solo podía escuchar su respiración. Los segundos pasaban hasta que no pudo contener la ansiedad, se giró para quedar de frente a la compuerta y se estiró lo más que pudo para alcanzarla. Minutos antes había hecho que su corazón se acelerara por felicidad, miedo y también que se detuviera por completo y ahora al tocarla, el frío que emanaba erizo toda su piel, sin embargo continuó palpándola hasta que encontró algo parecido a un botón y sin dudar Kira lo oprimió. La luz volvió a golpearla pero esta vez menos fuerte, rápidamente sus ojos se acostumbraron y pudo observar detalladamente. A unos cincuenta metros de altura, calculaba ella, veía un lago rodeado de zonas verdes. Trato de acercarse a la orilla de la compuerta, pero el peso de la chica cayó encima de ella hizo que cayeran directamente hacia al agua, ella giro su rostro para ver el túnel y comprobó, antes que la compuerta se cerrara de improvisto, que aquellas luces estaban apagadas. Tenía dudas pero se concentró en la situación actual, estaba cayendo al lago pequeño aunque se veía veinte veces más grande que el túnel grande del cual habían salido. Por su color oscuro sabía que era profundo, los árboles rodeaban el borde del lago parecían pinos de cinco metros de alto. De repente un pensamiento atravesó su mente, el miedo se introdujo de una manera que ella nunca había sentido, o que no lo recordaba, ¡Ella no sabía nadar! Y la otra joven seguía inconsciente.

Sabía que caer al agua como una bolita la ayudaría a enfrentar de mejor manera el choque contra el agua y sin pensarlo agarró a su compañera, a pesar de que se sorprendió que la considerara compañera lo ignoro y no perdió segundos valiosos en pensamientos inútiles. Kira posiciono sus piernas alrededor de la cintura de su compañera y sus brazos rodearon por debajo de los hombros. Segundos después sintió el contacto con el agua, solo por un momento abrió los ojos y vio unas sombras humanas cuyos rostros no alcanzaban a diferenciar, se acercaban al lago mientras ellas se sumergían lentamente hacia la oscuridad. Pronto se iba a quedar sin aire, pero aunque no supiera o recordara como nadar quería hacer lo posible por al menos tratar de salir a la superficie, y una vez más, le quedaba claro que no podía dejar a la chica atrás. Pero con el paso de los segundos y su aire agotándose, cada vez se le hacía más difícil y pronto la desesperación se apoderó de ella hasta que no pudo soportar más y tomó aire por su boca, a pesar de que sabía que estaba rodeada de agua. Aquel acto género que Kira soltará la mano de su compañera, para llevar sus manos a su rostro mientras se movía descontroladamente. Momentos después ya no dolía ni sentía nada y la vista se le oscurecía mientras vio como tres sombras se acercaban velozmente a ellas ¡Por favor que no sean tiburones! Luego pensó que no era lógico, teniendo en cuenta que encontraban en aguas dulces, pero eso ya no importaba, se estaba muriendo…

Pum, pum, pum, pum, pum escuchaba unos sonidos. Las ganas de escupir se apoderaron descontroladamente de ella, entonces al abrir los ojos se encontró directamente con el sol, pero eso no importo, ella escupió lo que la estaba atragantando y como el líquido se deslizó por su boca hasta que estaba totalmente fuera de ella, seguido de tos brusca que buscaba restaurar la incomodad en su garganta.Comenzó a tranquilizar su respiración poco a poco mientras trataba de enfocar en las sombras a su alrededor, entonces distinguió un rostro con expresión fuerte que la miraba muy atentamente. Sus ojos eran azules claros, tenía el cabello castaño o rubio que goteaba agua, algunas gotas se deslizaban en su rostro y sobre su mandíbula cuadrada que destacaba a simple vista. De pronto pensó en su compañera ¿Estaría bien? ¿La habían sacado del agua? ¿En dónde estaba?, rápidamente se levantó y comenzó a desplazarse con las rodillas y los pies mientras apartaba los cuerpos con una mano y con la otra se ayudaba, ignorando aquellas voces que le hablaban, vio a otro grupo de sombras reunido y decidió ir al centro.

No tenía idea de cuál es su nombre ni tampoco porque ella actuaba de esa manera solo por esa chica, ¿Por qué?, la respuesta no lo encontraba por más que buscaba, pero si de algo estaba segura es que no iba a quedar tranquila hasta no encontrar a… Alice, aquella voz resonó tan fuerte en su mente que no le quedó duda que así se llamaba -¡Alice!- repitió en voz alta unos segundo antes que la viera acostada en el pasto en medio de aquel círculo de sombras, ella respiraba tranquilamente sin ninguna incomodidad aparente, aunque tenía los ojos cerrados. Al verla tan en paz, se calmó, estaba feliz de que estuviera bien. El cansancio la atacó y Kira no opuso resistencia, se dejó caer en el pasto mirando al sol, las sombras se acercaron y con el paso de unos segundos pudo diferenciar más rostros. Eran chicos y las observaban mientras los pensamientos la atropellaban y la oscuridad la consumía… TODOS ERAN HOMBRES ¿Dónde están LAS MUJERES? se preguntó antes de quedar inconsciente.

Kira está corriendo entre varios árboles, que medían un metro, tenían frutos rojos tan pequeñas como las uvas. ¡Café! Reconoció el fruto. Se miró a sí misma y supo que era pequeña, tendría al menos 7 años. Noto que no podía mover su cuerpo a su antojo o decir lo que quería, entonces decidió concentrarse y observar. Un sentimiento de felicidad la invadía mientras volteaba a ver si alguien la seguía y ella se reía traviesamente. De pronto alguien la asustó atravesándose en su camino, ella cayó al suelo sorprendida, segundos después se rieron. Un niño con el cabello parecido a la llama del fuego la miraba con una sonrisa deslumbrante, sin embargo, no podía detallar bien su rostro. Aquel niño que le supera en una cabeza de altura tendría 10 años. ¿Será un sueño? Pensó ¿Quién eres?

-¿No vas ayudar a recoger el café? – dijo aquel chico

-¡Zack! – Respondió ella – Claro que sí, pero ahora quiero jugar.

-No podemos jugar más, en tres días van a venir por los granos de café para llevarlos a las tiendas en la capital y nos falta recoger la mitad del cultivo.

-Pero eso lo pueden hacer los trabajadores… ¡Nosotros podemos jugar!

– Está bien, si no quieres ayudar no te obligare. Pero no jugare contigo nunca más y me iré a tomar un delicioso tinto con leche.

– Que malo eres… sabes cuánto me gusta – dijo susurrando –¡Está bien, ayudare! Pero luego jugaras conmigo ya que casi no nos vemos ¿sí?

-Si – él le ofreció la mano y ella la agarró – entonces, mientras caminaban, aquel sueño se fue distorsionando por unas voces, Kira se enfocó en lo que decían.

-¿En qué estás pensando? – dijo una voz gruesa, pensó que se dirigía a ella pero pronto descubrió que no era así.

-¿Cómo que en que estoy pensando? ¡Es una chica!– aquella voz era más aguda

-¿Qué? ¡Ya sé que es una chica!

-¿No te da curiosidad saber cómo es, o acaso ya has visto alguna? – un pensamiento pasó por su mente, aquella conversación se trataba de ella y no le gustaba para nada lo que estaban hablando – Solo es una ojeadita, nadie se va a enterar – Kira analizó la situación y pensó, ¿Acaso ese pervertido quería ver su cuerpo?

La ira se acumulaba mientras intentaba abrir los ojos. Al conseguirlo observó con desesperación a su alrededor, sin mover un solo músculo para evitar llamar la atención, en busca de algún objeto que pudiera usar es su defensa mientras ellos se miraban e ignoraban el hecho de había despertado. Repentinamente uno de los dos agarra al otro por la camisa, lo que hace que pose su mirada en ellos, los analiza y observa que uno lleva un cuchillo en la cintura. Es el mismo chico que había visto anteriormente, entonces confirmó, su cabello es rubio.

-Mira pedazo de MIERDA…- dice con la voz aún más profunda que la primera vez. Pero antes de que pudiera terminar, Kira agarra el cuchillo y ellos reaccionan, sin pensarlo se dispone a lastimar al que obviamente quería ver su cuerpo, sin embargo el rubio interviene y recibe el ataque mientras caía encima del otro.

Ella logra divisar el cuerpo durmiente de Alice y con una velocidad que sorprende a los chicos en el suelo e incluso a ella misma, se acerca a ella y toma posición a la defensiva contra aquellos chicos.

-¡Dimitri!- grita el chico al ver la herida, aunque superficial, algo profunda. En cuestión de segundos una manada de chicos atraviesa la puerta confirmando el miedo que surgía en ella desde antes de quedar inconsciente. En aquel lugar… NO HABÍA MUJERES.

Sinopsis

Desde 2020 la historia fue golpeada por avances trascendentales e inventos que no se esperaba ver para aquella época, permitiendo que el hombre soñara con ver más cerca el día en que visitaría otros planetas. A pesar de esto, ningún avance fue capaz de evitar, lo que el cielo tenía preparado para nosotros. ¿Quién iba a pensar que el cielo no quería a los seres humanos? ¡Que prefería verlos muertos!

Las estrellas se cansaron y vinieron para recordarnos, que no somos más que unos simples soñadores. Que a pesar de nuestro esfuerzo, nunca llegaríamos a tocar el cielo. En consecuencia, por nuestra arrogancia, más de mitad de los habitantes terrestres, fueron arrasados por bolas de fuego que caían del cielo, dejando a su paso muerte, tristeza y desamparo. Una parte de la población se apegaba al hecho, de que aquel acontecimiento no tenía nada que ver con Dios. Los religiosos insistían que el creador los castigaba con el fuego celestial, o lo que muchos llamaron, el Holocausto Final.

Aquel acontecimiento dejó una gran herida en los pocos humanos que quedaban en la tierra. Pero eso no fue lo único, pues, pronto el reloj comenzó a retroceder y las oportunidades a desaparecer. Sin embargo la esperanza no tardó en llegar y con ella, se veía una nueva puerta hacia el futuro… sólo los Elegidos, tenían la respuesta.

Ellos son… la clave de todo.

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