Promesas incumplidas
Mi madre jamás iba a recogerme al colegio, por eso, aquella tarde que fue por mí y solicitó a la maestra permiso para mi salida anticipada, me extrañó bastante; no podía imaginar qué ocurría, pero tenía que ser lo suficientemente grave para que hubiera ido a buscarme. Cuando salí, su mirada furiosa me fulminó. Hice...