Un ángel caído.
Aún recuerdo cómo se sentía tener el corazón pleno de bondad, sin cabida para ningún sentimiento que no fuera felicidad. Puedo ver a través de esos ojos almendrados de esa niña pequeña con cabello rizado, que solo ansiaba descubrir las mil maravillas que alberga este maravilloso mundo. El tiempo iba muy deprisa, y yo ahora...