05.06.2050
Dejar el trabajo para charlar con la familia se ha convertido en un imposible. La interacción familiar decae debido a la popularización de diferentes sistemas holográficos libres.
Subir al Himalaya o bucear en las Marianas. Los sistemas holográficos proyectan cualquier mundo y situación deseable. Circulan en el sistema colectivo los planos necesarios para poder construir algunos. Solo se necesita una habitación de por lo menos cuatro metros cuadrados donde instalar el proyector holográfico y el software necesario para viajar o tener aventuras. Allí se puede realizar cualquier acción desde caminar hasta volar un avión con una “auténtica” sensación de movimiento.
“El mundo de fantasía es atractivo pero no es real y atenta contra la natural socialización que se realiza a través de las redes sociales, por ejemplo” dice el sicolingüista Benito Carmelo Farragone. Que agrega que la circulación de los planos a través del sistema colectivo solo ha permitido fomentar un barato escapismo basado en lo puramente sensorial. “Si quieres viajar a la Antartida, hazlo. No te conformes con una fantasía”, concluye.
Por otro lado los holofans del club Reginald Barclay responden que la próxima conexión de los proyectores al sistema colectivo permitirá aumentar la interacción entre las personas de formas que el texto y el vídeo no lo han logrado aún. Proponen que se podría convertir en una poderosa herramienta pedagógica, luego de la caída de los sistemas educativos en la década pasada.
Los holomundos se hacen populares sobre todo entre los extremos etarios de jóvenes y ancianos y ya hay algunas empresas que comienzan a fabricar sus propios modelos comerciales.
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