La carta, negocio del futuro (sociedad, vida cotidiana en el futuro)

Sólo ayer, cuando le preguntamos porque generó este nuevo emprendimiento de negocio, alejado totalmente de lo que venía haciendo, el respondió: “porque  lloré”

El conocido empresario español, creador de múltiples empresas tecnológicas y publicitarias de última generación, socio del sistema de telefonía por hologramas; confesó que hace mucho no sentía pasión por nada.

Sin lugar a dudas, sus ganas de hacer algo real se aleja de lo que por más de 30 años fabricó, construyendo un imperio de realidades virtuales.

“Recordé que soy humano”, comentó. Que siempre me gustó soñar y buscar la felicidad. Fue hace más de 25 años que mi abuelo envió esa carta desde Perú. La envió por servicio postal, con estampillas y sin una sola falta ortográfica, con una caligrafía de médico, para ser coherente con su profesión, sin embargo legible. Decía que me amaba y extrañaba, le apenaba que hubiera partido lejos, recordaba mi sonrisa y como gateaba por su casa, recordaba también cuando preparaba mi comidita, así lo puso, “comidita”…y antes de terminar de leer aquella carta, las lágrimas rodaban por mis mejillas, algo que había olvidado hacer, llorar. Pero llorar de alegría, de emoción.

Ahí descubrí que era necesario volver a escribir, como se debe, a mano, con puño y letra. Por eso dejé mis negocios por un tiempo y me evoqué en esta idea: Un correo postal, no sólo económico, sino lleno de cartas que no se apresuren en viajar, que siguieran su ciclo de manera natural, descansando en los aviones y barcos, hasta llegar a su destino luego de una larga espera.

¡Ah!, esperar, ya no recordaba lo que eso significaba, me lo recordó un poco mi hijo al estar 9 meses en la barriga de su mami, pero lo olvide pronto.

Quiero darle a la humanidad el rico sabor de la espera, del anhelo, de desear algo que no puedes tener tan pronto, pero que cuando llega emociona y vuelve a emocionar.

La emoción de la espera, la alegría de recibir; ese es mi negocio, aseguró el hombre que recién hoy se considera entre los más millonarios de Europa.