Gran noche en el Estrecho

Gran noche en el Estrecho

Pedro Tovar Llort

02/06/2015

La velada dedicada a la emigración finaliza con un emotivo discurso de Aziz Hamid

Seguimos comiendo en plato y con cubiertos. Seguimos durmiendo en colchones de diferentes comodidades. Seguimos practicando deporte y seguimos comunicándonos verbalmente. A menudo aún dormimos la siesta, incluso algunos se toman el permiso de hacerlas hasta de 2 horas. Votamos y nos votan. Somos felices cuando conseguimos lo perseguido, nos relajamos en calas paradisíacas y buscamos cualquier excusa para ir a la terraza del bar con los amigos.

Nos da miedo el fuego, la gente mala, las alturas y los extraños sonidos a medianoche. También la vida no soñada y, por supuesto, la muerte. Deseamos cumplir nuestros objetivos, encontrar el amor y un buen puesto profesional.

La vida ha cambiado poco en los últimos años, al menos para la gran mayoría de nosotros. Sin embargo, para otros, la década que terminó hace dos semanas, ha sido feliz. Muy feliz.

Anoche, con África en el horizonte y en un escenario que emulaba al último kayak que atravesó las turbias aguas del Estrecho, se conmemoró el octavo aniversario del viaje que Aziz Hamid, consejero de la ONU, realizó desde Marruecos a Europa en una noche crucial al devenir del nuevo mundo.

Entre otras cosas, Hamid comentó que se siente orgulloso de haber colaborado en la desaparición de una sociedad que calificaba a algunos ciudadanos como irregulares y en la unión de dos civilizaciones que parecía que jamás podrían atenderse y ayudarse.

En el acto se reprodujo el viaje y se realizaron danzas comunes y conciertos; así como divertidos juegos y un recital de poesía. Además, el bajo coste del evento favoreció al lleno total del recinto, que acabó con cena y con un sentimiento alejado del odio que vivimos hace ya muchos años.

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