Coltán, esclavismo y prostitución.

Coltán, esclavismo y prostitución.

Edu

21/04/2020

Aiyo salió de la chabola donde vivía
con su familia. Un chamizo con las paredes de un conglomerado de barro y
piedras, y un tejado fabricado con hojas de palma seca.

Aiyo, Jugaba con su hermana, Lewa (Bella).

Cinco años después Aiyo tenía once, y su hermana diez. A lo lejos, entre la selva, veía como avanzaban hacia ellos unos hombres vestidos
con los trajes del ejército.

Los padres, sacaron a Lewa de la casa y se la llevaron tirando de
ella, de su inocente manita, su inocente edad, su inocente vida.

Un hombre apretó a Lewa de su brazo y la llevó consigo, Mientras
miraba atrás y unas lágrimas corrían por su rostro limpiando el polvo a
su paso.

Al día siguiente el padre despertó a Aiyo muy temprano, aún no se había hecho de día.

Un hombre con el traje de aquel ejército cogió al muchacho y lo llevó
a uno de aquellos múltiples agujeros. Le enseñó una especie de piedra
afilada y negra.

Te tienes que meter ahí y coger todo que veas como esto. Si no coges lo obligatorio al día no se te pagará.

Aiyo se quedó solo no entendía como encontraría ahí nada, era un
agujero excavado en la tierra. Con unas grietas por las que no cabía
nadie.

Pero si cabía y era justo por ahí donde había que meterse. Para recoger el Coltán,.

Al anochecer, le tiraron una cuerda, se la ató, lo subieron de nuevo.

La suerte de su hermana no fue mucha mejor. Le hicieron una cicatriz que lucía en el lado izquierdo de la cara.

Lewa iba en iba en un cargamento, la sacaron de allí y la guiaron por las enrevesadas calles de Tánger.

A las doce sale la embarcación que os hará atravesar el estrecho, allí os recibirán y os mandarán a vuestro destino.

Aiyo Pronto se dio cuenta que la ropa que llevaba era escasa. Cuando llegó la madrugada el frío era intenso.

Ya empezaba a notar el cansancio, los ojos se le caían solos y tenía los pies lleno de llagas, perdió el conocimiento.

Lewa en Marruecos se rascaba su cicatriz que en momentos de nervios le picaba.

La cogieron entre dos hombres y la metieron en una balsa de doce metros donde habría unas cincuenta personas más. Los echaron al mar.

Le aseguraron que el trayecto no sería largo, pero al cabo de los
minutos aquello empezó a convertirse en un infierno. Era plena noche y
no se veía nada, el viento azotaba con una intensidad que Lewa no
conocía y el frío la tenía aterida.

Una mujer comenzó a gritar y una de los hombres que llevaban la barca la tiró al mar, nadie más osó a gritar.

Al final en un viaje corto pero intenso y escabroso, llegaron a una playa.

Todos emprendieron la marcha por la playa. A Lewa la cogió un hombre por el hombro, le metió en el coche y se la llevó.

_ ¿Qué haces aquí muchacho?. Gritó un hombre a Aiyon.

Voy hacia Chad señor. Monta te llevo a la frontera.

Aiyon montó hasta la fontera de El Chad.

Miles de personas intentando llegar a Europa, cada uno de aquellos estaba esperando el momento en que llegara su salida.

Aiyon no tenía pensado demorarse allí por mucho tiempo.

Cuando terminó de comer salió de la zona y cruzó El Chad.

Lewa estuvo varias horas en la parte trasera de un vehículo. Al fin llegaron la metieron en un chalet de lujo.

» Desnúdate negra «. Dijo un hombre.

Lewa se desnudó y al hombre la miró con una mirada lasciva.

Dandole puñetazos, le puso cuatro patas y la violó. Lewa, ensangrentada, llorando no entendía nada .

Aiyo echó a andar por un camino de tierra tuvo que andar descalzo en un terreno que quemaba.

De esta manera cruzó Chad y llegaron a Níger.

Aiyo anduvo por sur del Sahara, sin calzado

El primer día ya notó que sería duro. Por el día soportó calor. De vez en cuando se encontraba a un, ser «inexistente «.

A lo lejos vio un oasis. Estaba acercándose, cuando de repente sintió
un pequeño pinchazo en el pie izquierdo, enseguida empezó a notar
calor, todo le daba vueltas, casi a punto de llegar al agua perdió el
conocimiento y cayó.

Al despertar había una hoguera encendida y un hombre con una túnica encapuchado.

«Chico, te ha picado un escorpión estás vivo de milagro »

Aiyo se levantó e hizo ademán de echar a andar pero no podía .

Un día vio un bulto a lo lejos, se acercó y cuando ya estaba cerca
vio que era una mujer, tumbada boca arriba, con la mirada perdida y los
alrededores de la boca blanca de sequedad. La levantó e iba darle de su
agua a lo que ella con voz ronca le dijo.

La mujer negó con la cabeza.

Vio a lo lejos el cartel de Argelia creyó que su suerte cambiaría.

» Chico, yo me encargo de llevarte a España pero tienes que trabajar
para mi ».

Aiyo aceptó y así consiguió llegar a Marruecos.

El hombre llevándole a la costa le metió en una embarcación con unos diez metros de larga y otras quince personas.

Al final Aiyo llegó a España, después de lo que había pasado se echó en el suelo y se puso a sollozar.

Allí al igual que a su hermana le llevaron a hablar con un señor con pinta de poderoso.

» Negro, tu función va a ser dar palizas a quien te digamos”. Aíyo tuvo que aceptar .

» De hecho vas a empezar ahora mismo, sube arriba y en la primera habitación que veas habrá una mujer ganate el pan con ella »

Aiyo abrió la puerta y había una chica negra durmiendo boca abajo. » Dale la vuelta y toma » le dijo ofreciéndole un palo.

Aiyon la dio la vuelta y quedó estupefacto, la chica tenía una cicatriz en la mejilla….

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