ABANDONAR EL NIDO

ABANDONAR EL NIDO

Diego Lanis

23/04/2020

PRÓLOGO

Historias como tantas. ¿ Seguro ?. ¿ Qué las hace distintas ?. Lo que transmiten , lo que dejaron y lo que nos enseñan. Como contar historias dentro de otras. Si todas son la vida misma. Pues a escucharlas y transportarse a esos momentos.

EL LEGADO

El territorio parecía inhóspito. Pero no era así. Las callejuelas estaban repletas de gente. Iban y venían. De golpe , se armaban grupos. Alguien repartia algún alimento. Enseguida , corrían a refugiarse. Los soldados se abrían paso. Para eso , movilizaban móviles y tanques. Así , si la calle quedaba desierta. Sólo gatos y perros se hacían oir. Hasta que , se callaban por el miedo. Tampoco los pájaros cantaban. El temor y el crudo invierno llevaban su parte.

A la semana siguiente, la nueva ronda de entrega de alimentos. Los militares , permitían esto de manera casi clandestina. Varios habían establecido algún tipo de acuerdo con los habitantes. La tranquilidad se alteró , cuando en una de esas reuniones hubo un revuelo. La gente formó una gran ronda que , intentó ser dispersada , pero no lo consiguieron. Allí , una mujer gitaba.- !! Hasta cuándo , aguantaremos el hambre y el maltrato.!!-

– Saben lo que han hecho mi marido y mi hijo , acérquense debo hablar bajo. Pudieron escapar. No sufrirán más la persecuciones del gobierno antisemita -dijo la mujer. El resto de la gente murmuraba algunas palabras. Se preguntaban hacia dónde habrían huido. La mujer sólo atinó a comentar : fueron a América.

La travesía no fue fácil. Para llegar , debieron sortear varios obstáculos. No tenían papeles que , permitieran su entrada a los otros países. Si con los que , contaban pudieron salir. Como escapaban antes de la guerra de 1914 , la única posibilidad era ocultarse en algún barco. Sin saber claramente hacia dónde se dirigian , abordaron un vapor cuando terminaba de soltar amarras.

Pensaban llegar a Estados Unidos , pero el trayecto se alargó. Alguién volvió a gritar , vamos para América. La mujer pareció sentir el destino antes de conocerlo.

Su sensación de abandono y soledad eran importantes. No sabía si volvería a ver a su marido e hijo. De familia judía , sus padres no permitieron que , con su hijo acompañara a su marido. Era un muchacho del mismo origen , pero no religioso.

Tenía ideas de izquierda y estudiaba para ordenarse como rabino. Esa formación le valió , las persecuciones del gobierno. Y la no aceptación de sus suegros , por la ideología , hizo el resto. Sólo restaba la espera.¿ Qué ? ¿ Cuánto .?. La vuelta. Quién sabía la duración de esa separación. La guerra interminable. Era muy difícil volver a ingresar a Polonia en estas condiciones. ¿ Lo harían ?. Allí , quedaban sus familiares.

Los primeros tiempos de su llegada fueron muy duros. Dos años que , parecieron eternos. La sensación de liberación del oprobio y la tortura todo lo compensaban. Sin contactos ni familia comenzó a buscar que hacer. Sus estudios inconclusos de rabino no le servian en la colectividad. Entró a trabajar. Se adaptó más rápido de lo previsto. A ganarse su dinero. Y a seguir con sus sueños. Los más importantes.

Dos de distinta escala. La formación intelectual y lo que extrañaba su corazón. Uno cerca. Él otro lejos.

MUJERES SOLAS
A Rifke , poco a poco , el barrio la queria. Había llegado con una mano adelante y la otra atrás. Su casa estaba ubicada en la zona oeste de la ciudad. En lo alto de una colina , atravesada por un río caudaloso. Allí , conoció a Sarita , una humilde mujer , corpulenta , de un metro setenta de altura y ojos saltones.
Salía casi todos los días , casi a la misma hora. Así , se encontró con Rifke , junto al camino que , desembocaba al otro lado de la montaña. Aquella mañana comenzó a tejerse una historia conmovedora. Tal fue que , Sofía , se sumó al grupo. Sentada en un herrumbrado banco de metal. Saludó a ambas mujeres , a quienes no conocía y les comento que hacia. Primero las puso en situacion.
Que era nueva en el barrio. Antes de eso sacó un mapa y se acercó para que lo vieran. De entrada , se negaron . Rifke , aseguraba que ya nada había para ver e insistía , no los encontrarían. En cambio , Sara , confiaba en el trabajo de los hombres. La planimetría del lugar como la distancia a los accesos lucían favorables a sus ojos. Sofía seguía con el mapa abierto.
-Todo lo que ustedes dicen es muy lindo. Quiero recordarles que , en el análisis faltan algunos detalles. Si me permiten les comento .-
-Como no , dijeron a coro Sara y Rifke. Lo primero es considerar las ventajas del terreno para nuevos asentamientos.- En segundo lugar , prosiguió Sofía: -debemos organizarnos. Viene el invierno. No sabemos cuándo volverán los hombres y en que estado .-
La situación no era la mejor. Escasa infraestructura en salud y pocos elementos en defensa. Todo un desafío para estás valerosas mujeres. Con prisa y sin pausa se pusieron a trabajar. El enemigo no estaba cerca pero acechaba.

.
MIRADA
Las cosas que escuchaba no tenían sentido para mí. Una mañana todavía chico desperté sobresaltado. Aparecí debajo de la cama. Escondido. Temblaba . Faltaban años de conocimiento. 
 Sali sigilosamente hasta que , pude asomar los ojos por la ventana. Una bruma espesa tenía ganas de desafiar al viento. Ni siquiera veía imágenes borrosas. Con los años descubrí que , los ojos no miraban lo sucedido alrededor. Que la cabeza reflejaba lo que pasaba. Con pocas certezas y muchas dudas transcurrían mis días. Decidí volver a la cama. Me dormí.
Ya habría tiempo para despertar a la realidad.
EPÍLOGO
Algo de luz , después de tanta oscuridad. Fortaleza ante la adversidad. Como no contar estas vivencias. Una película en continuado de la vida. Tan dura para vivirla

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