Cuando un niño pregunta

Cuando un niño pregunta

Categoría: Comunidad Educativa

Dicen que el mundo cambia cuando alumbras una vida. Yo, que vi cómo tu madre te alumbró, doy fe de que el mío no volvió a ser el mismo desde aquel día. Aquella noche de invierno comenzamos a crear tu mundo. Un hogar, una familia. Un colegio, unos amigos. Fuimos tejiendo una extensión de nuestra propia existencia sin caer en la cuenta de que no era nuestra, sino tuya. Celebrábamos cada nuevo paso que dabas y, quizás por eso, nos contabas lleno de orgullo todos tus logros y nos pedías consejo en las dificultades. Pasaron los años. Los pasos fueron más largos, los logros mayores y las dificultades más complejas. Con todos ellos, tú seguías ampliando los límites de esa realidad apacible que habíamos creado para ti. Lenta e inexorablemente ibas haciendo tuyo aquello que cada vez era menos apéndice nuestro, aunque no me di cuenta hasta el día en que vimos juntos las noticias sobre la guerra en Ucrania. 

Bastó una pregunta para que yo fuera consciente de tu despertar al Mundo. -Si aquí hubiera una guerra, ¿tú también te tendrías que quedar mientras mamá y yo nos vamos?-. Te delató tu silencio reflexivo mientras mirabas la televisión. Fue entonces cuando enfrentaste tu mundo al Mundo y comprendiste que todo se puede torcer en un momento. Fue cuando tomé conciencia de que tu mundo no era ya una extensión del mío. Aquella pregunta fue a tu inocencia lo que el pico del polluelo al cascarón, pues ambos rompen algo para abrirse a la vida. A una fugaz sensación de nostalgia le siguió otra de vértigo y compasión que me impelió a decir algo que te protegiera o, por lo menos, que no te hiciera sentir miedo. Sin embargo no lo hice. Algo más poderoso en mi interior me empujó a hablarte como a un igual. Traté de responder en un lenguaje que pudieras entender, sin dramas ni edulcorantes, porque así es el Mundo. Porque habrá un Mañana que seguramente te pertenecerá más a ti que a mí. 

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