DAR LUZ AL AMOR

Siempre,

la educación humana engendrarla,

hermosa como la evolución,

nos corresponde meditarla con los sabios,

pasar por donde Sócrates para

escuchar su sabiduría, ir a la

fuente de su poesía griega, ser

el canto y el acto altruista,

enseñar con las virtudes, conocerme

a mí para respetar al prójimo.

De efecto, madurar en el peregrinaje y

visitar el templo de Aristóteles y

descubrir su retórica con su ética. Hacer

un escrito que contenga sus mejores apotegmas.

Y esparcirlo a la comunidad, que me rodea,

la moraleja de la mano con la bondad.

Una vez propiciado lo justo,

crecer entre más libros, leerlos con agrado,

para los días de buenas nuevas,

vivir en la casa del maestro, que ora parábolas,

allí interiorizar su verdad y luego emanarla

a quienes buscamos la razón con paz,

por la fraternidad mundial.

DE MADRUGADA EN LUZ

La lucha es por la sabiduría;

sobrio darle todo nuestro ímpetu a la mente,

que provoquemos ideales iluministas, muy en perpetuidad,

para el resurgimiento de nuestra humanidad.

A lo aliados, vamos a donde moran los libros,

hay allí resurgimiento con nuestras lecturas,

los recitales sean enaltecidos.

Ahora es el mañana de superar los misterios,

toca persistir por la ascendida lucidez.

Y juntos, venceremos en el bien.

Es nuestro futuro existir por la verdad,

valeroso entregarse a la filosofía y la literatura.

Con pasión, profundicemos en lo trascendental,

pasando por los versos de los sabios,

meditemos sus limpias erudiciones.

Es el sacrificio por la liberación;

renaciente dedicarle nuestra época al arte,

que innovemos lo más munífico,

para el porvenir de nuestra humanidad.

NOSOTROS UNIDOS

Y vuelve el reconcilio;

nos mecemos sobre sedas,

jugamos a ser inocentes.

Estamos de nuevo reunidos,

por los lados provocamos gaviotas,

se nos quedan los ojos ruborizados de

entusiasmo, mansedumbre apacentamos

en vez como la compañía disfrutamos.

Unos cantos albergan nuestras voces.

Por lo acompasado del recogimiento,

musitamos nuestra juventud, la

acariciamos como a un girasol y

todavía levantamos el vaivén del cordel,

que desenvuelve nuestras confidencias.

Acrecencia somos graciosos,

nos echamos simpatías,

brincamos al lago de las plumas.

Rusvelt Nivia Castellanos,

Artista de Colombia.


Fotografía del texto,

por Enrique López Garre,

El corazón del bosque.

EN EL PORTAL CIBERNÉTICO,

LA LIBRERÍA LIBRE,

MUY BUENAS NOVEDADES,

SOBRE ARTE Y CULTURA,

PARA EL BIEN DE LA HUMANIDAD.

https://lazlibreriazlibrez.blogspot.com/

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