Palabras que devanan hilos de titanio
luchando por salir a la superficie y ponerse a decir.
Hay algo mágico en el decir.
Es un acto que convoca la existencia del otro,
la compañía extraña la que más se anhela.
Hay un arte generoso en cada conato
del decir,
una lucha desnuda de atavío
que se incorpora desde el atardecer
cuando el riego se hace sonoro
y el aire te viene a anunciar que tienes que decir.
No sirven de nada los deseos retrospectivos,
Ahora lo que cuenta son las ganas de decir.
Di.
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Se ve que además de curvas estoy hecha de aristas,
cada rincón de mi piel, de mi pensamiento
es una esquina que cruje
y desempolva la vida.
Se ve que el vuelo de mi enagua negra
ha decidido andar por su cuenta,
allá él,
ya es mayorcito y lo quiere bailar todo.
Mis esquinas se han convertido
en una plaza cubana,
mis esquinas tienen danzón,
y bailan.
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Cómo sería un mar con esquinas
Cómo pedirle a la luna que no tenga pecas
Cómo trasplantar mariposas
Cómo naufragar en Salamanca
Cómo avistar horizontes en un muro
Cómo salinizar miel de azahar
Cómo coserme a tu perfume
y vivir lo que no está escrito en ninguna parte.
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