Despierto es una mañana fría, aún siguen mis neuronas heladas.
Bebo el café de la mañana y todo comienza.
Mis pasos uno tras otro no detienen su andar.
A veces vuelo un rato por imaginar que no caigo en mi pesar.
De repente en mi vida comienzo a soñar.
Veo todo azul o todo gris.
Comienzo a sentir que quiero lo que a veces amo, pero no amo lo que a veces quiero.
Que linda es la noche para seguir soñando, y el día para despertar.
Un día le diré adiós a mi ropaje viejo y le daré nueva alma a mi nueva piel.
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