IDEAL

Las mentiras de Instagram

y los «te quiero» mal dichos

son la coartada perfecta

de nuestra relación ideal.

«Ideal», porque esa es la idea

que pensaban los demás.

En un callejón solitario

me encuentro acompañada

de caricias fugitivas.

Veo tu mirada esquiva

pero tú pasas de largo

con tu chica de accesorios.

Ella no hace comentarios,

sabe que está follando

con el novio de la rosa

que ayer devoró su boca.

El carmín es la prueba

de este fugaz escenario.

Él sabe que es un engaño,

más disfruta la fantasía.

Así puede tener un ancla

mientras arranca gemidos

de varias chicas perdidas

(sin la diosa de sus sueños).

ADÁN Y VALENTÍN

Se aislaron los dos juntos

y exprimieron los minutos.

Los cegaron con los focos.

Se quedaron solos, juntos.

Estudió su cuerpo desnudo.

—Adán, no me mires así.

Él apretaba los labios

de su querido Valentín.

Ellos eran luz y calma

en una tormenta infinita.

Ellos eran cuerpo y alma,

ellos eran ellos y sus días.

Los cuchillos vienen y van,

pero a ellos no les afectan.

Ellos eran su propio guardián

que huía de una vida imperfecta.

Un mapa de constelaciones

que conocían de memoria.

Se reunían en los rincones

sin saber que hacían historia.

HUBO UN TIEMPO EN EL QUE

Hubo un tiempo en el que

los pájaros eran sonrisas

que surcaban los cielos,

pero ahora ya solo veo

aviones volando con prisa

en las venas del deseo

y me va a dar un ataque

al corazón y al alma.

Solo los buenos se salvan,

pero no entiendo por qué.

¿En tus rizos de caramelo

la respuesta encontraré?

Hubo un tiempo en el que

subí a un dragón de hierro.

Tal vez piqué el anzuelo:

morí cuando alzó el vuelo.

A tu recuerdo me aferro

en el asiento izquierdo

que me sostenía agónico.

Todo es cuestión de pánico.

Los lirios siempre te rodean

porque te gusta el camuflaje

A su vez, estos bloquean

demonios con maquillaje.

Hubo un tiempo en el que

en tu constelación de lunares

veía señales de emergencia

que dictaban mi sentencia.

Tal vez me perdí en lugares

donde engaña la apariencia

y donde quiero encontrarme.

Lugares grandes y vacíos,

a lo tonto pequeños lugares.

Así que tomé la llave para

liberarnos del presente.

Porque todos los que escapan

siempre tienen accidentes.

LITERATURA

Tan extensa como la obra de Lorca

y más bella que las rimas de Bécquer.

Me erizas los nervios, como Lovecraf.

En Machado te encuentro varias veces.

Más enrevesada que «El Ulises»

de Joyce. Ojalá ser besada

hoy, hasta que seamos felices.

Nunca morirás, como Verne.

Aunque no quiera serte infiel

yo sí que besaré a la muerte

(y tal vez me viole el papel).

Como Ulises, tú eres leyenda.

Alquimista digna de Coelho.

Tan fuerte, pero tan pequeña.

Ojalá ser el griego Platón

para crear contigo diálogos.

Porque donde habla el amor

se ruborizan los átomos.

ELLOS

Las cadenas le oprimen

y sus ojos sollozan.

Un romance imposible

entre risas y sombras.

Se querían tanto, tanto…

pero duraron tan poco.

Ella se hundió en su llanto

y él se volvía loco.

Un par de voces se alzan.

Marcó en su teléfono móvil:

una simple llamada

contra la desesperanza.

Mujer, llegó el momento

no te dejes controlar.

No te creas sus cuentos,

¡tira tus penas al mar!

RAYOS Y TRUENOS

Si la noche no me hace caso

escribiré mi dolor en mi piel.

Los truenos corren en el ocaso.

(y en tus labios de miel).

Las cadenas me atan libre.

Mi corazón sangra y arde

en este mundo imposible.

ya es demasiado tarde.

Pensando por las calles.

Cayendo por las ventanas,

se oyen gritos de una madre.

Una madre que llora y llora.

Un asesino que ríe y baila

con las palabras de la doctora:

—Hoy, de esta no se salva.

Esta triste parodia proclama

un gran desenlace final.

La mujer rendida en la cama

pensando en su vida fatal.

Cayeron rayos y truenos.

Ella amaba las tempestades

del pesado murmullo eterno

de sus inseguridades.

—¿Qué ha pasado? —se pregunta.

La verdadera cuestión

es por qué aún tiene dudas.

Su hijo tiene depresión.

O mejor dicho, la tuvo.

Su recuerdo huye, fugaz

se funde con el futuro

de una noche de paz.

CORAZÓN

Corazón: ¿por qué siempre te fijas

en la persona equivocada,

la que desmorona tu vida,

la que enciende tu camisa

con un solo par de palabras?

Que atrae tu mirada perdida

a un pozo de noches largas.

Que te arrastra a una orilla

con una sonrisa bonita.

¿Y luego? Te vuelve amarga.

Corazón, yo no tengo queja,

tengo miedo de tu ojos

porque en ellos se refleja

una muchacha sin cabeza

que quiere un futuro hermoso

(pero no va a tenerlo).

PESO

Él tiene la espalda cansada

porque soporta el peso

de varias vidas, de varios sueños.

De una sonrisa helada

que alegra otros corazones,

pero deja su alma quebrada.

En la calle todo son risas,

en casa escribe en su diario

el dolor que siente solitario.

Espera hallar una poetisa

que le enseñe a escupir la pena

pues perder tiempo es condena.

Está ahogado y no le importa.

Tiene que salvar a sus amigos.

Es el rey que se comporta

fuerte con quien lo necesita,

débil con sus enemigos,

muerto en sus letras escritas.

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