No podrás verte como yo

apacible como luz de luna,

tenue rayo que hallo

en las mares de ruina.

Vení luna y acógeme

que el frío traiciona,

el calor abandona

y solo tú, episteme

absoluta que ilumina

da la paz que termina

mi búsqueda de felicidad.

Vení luna que la felicidad

no se encuentra presa

en cualquier prosa sosa

de un poema de poeta

desahuciado en la eternidad

de su propia mortalidad.

Vení luna que iremos a buscar

la alegría que un ángel

alguna vez te fue a arrebatar,

vení en la plaza de papel

bañada en tinta de miel

para leer en braille

cada centímetro de tu piel.

Vení luna que el carruaje

suelta la cabalgata larga

por el cielo estrellado

con estrellas de linaje

y por si la espera amarga

un deleitoso pico acaramelado.

Venid, Vení luna y ámame

recuérdame y explícame

que el amor solo declame,

Cariño… Ilumíname.

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