Tardes de verano
“La campana ha lanzado fuera
el sonido del día. El aroma
de las flores sigue sonando.”
BASHÔ
Querido ocio, te invito a pasar una temporada en mi alfombra.
Dos metros cuadrados de auténticos caos.
A ver si la teoría zen me permite entender la vida
y, ya puestos, también la muerte.
Desde los ácaros hasta el alma humana.
Las tardes de verano
cuando el perro del vecino le ladra al calentamiento global
y parece que el mundo entero se va a extinguir;
en medio de la confusión,
o de la vida,
y sintiendo que me va a dar un síncope,
me quiero tirar en la alfombra
así, sin más
sin desinfectante, ni to do lists
a esperar un “para qué” que resuene como un diapasón inmenso
y emita sonidos imposibles de acallar.
Muñecos de barro
«El curso del sol
siguen las flores de la malva
incluso en tiempo de lluvia»
BASHÔ
A medio hacer
húmedos y tiritando
girando en nuestra pequeña órbita
a la espera de una palabra noble
y un montón de normas
que nos moldeen.
Epitafio
«Nadie va
por este camino
en la tarde de otoño
del día de hoy.»
BASHÔ
He llegado a la edad de los sueños muertos
y los días acallados con la alarma y la agenda.
Algunos amigos
exhiben orgullosos las tumbas de los suyos
y las riegan con licor fino.
Yo,
niña en un país extraño
cojo de la mano el mío, que aún late,
y me pregunto por qué mi mundo no gira igual.
Perdiendo siempre en una batalla que no me interesa,
recorro de arriba abajo
el pasillo de las aprobaciones externas.
Está lleno de cortinas brillantes y aullidos.
En medio de un silencio corto
que me mira indiscreto,
reposa la decepción.
A la hora de los vasos vacíos
pienso que esos sueños
merecen un epitafio.
“Hice lo que se esperaba de mí:
Morir cuanto antes.”
Fabulaciones
«El aroma de rocas:
la hierba de verano, que enrojece,
en el rocío y el calor»
BASHÔ
Me asomo al vértice izquierdo
de mi imaginación
y procuro aspirar el olor de los sueños
con jornadas de nueve a cinco
y treinta días de vacaciones.
Quiero creer que en una de las esquinas,
el día de la paga extra,
o en la mitad de las vacaciones,
habrá algo
que hasta se pueda llamar felicidad.
Otros lo saben.
Yo, ni idea.
Hipótesis
Mis hipótesis están mordidas.
El día, con su manada de segundos filosos,
no da tregua.
Sedienta de confirmación,
me asomo al viento de la tarde
y trato de recomponerlas.
Pero se me resbalan heridas
en la noche aceitosa de las dudas.
Sabiduría Orientalo o tres golpes de bastón
“Observando los vientos
como mi arroz,
así soy yo”
BASHÔ
Me he aburrido más que Emma Bovary,
a pesar de que, en los días de lluvia,
hallo alguna diversión
escondiéndome de esa pregunta desmesurada
que me persigue
¿Eso es todo?
Cuando la pregunta me encuentra,
en medio de un silencio atroz,
aguardo, hasta con esperanza, alguna respuesta
pero solo se oyen tres golpes de bastón.
Será que estoy llegando al sitio
donde son inútiles las razones.
Entonces aspiro a llegar a ser simple e insípida como un Haiku.
Charlas TED
“Nada más que pulgas y piojos
y en mi almohada
se mea además un caballo”
BASHÔ
Dicen que todo sueño es una locura.
Mi mejor amiga me mandó un TED talk
se preocupa por mi salud mental.
Tan pronto lo recibí peiné mis angustias,
cada vez más blancas,
por si acaso.
Después vinieron los conceptos,
las preguntas,
mi propio debate diario;
y el espejo extenuado
de repetirme.
Por último, pensé
que se nota que mi amiga vive lejos
si me hubiese visto,
sabría que estoy perdida.
Cosquillas
“Muy enfermo de tanto caminar-
un sueño, el seco erial
anda errante”
BASHÔ
Las vocales pícaras
ríen escondidas
en un estanque lleno de ruidos ajenos.
Manoteo en la oscuridad
persiguiendo un destello
entre palabras gastadas.
No tengo grandes ambiciones
solo unas ganas locas de ese instante
cuando siento cosquillas en el alma.
Sencillo
“La rosa carece de porqué, florece porque florece”
Silesius
Vives porque tu corazón late
Vives mientras tu corazón lata
Mueres cuando tu corazón deja de latir.
Latidos
“El corazón deja que todo acontezca
hacia allí y hacia aquí,
como el sauce.”
BASHÔ
Hagamos el amor con nuestras pestañas
igual que niños juguetones
finjamos que se puede ser feliz
con la alegría ingenua de no tener pasado
con la libertad de ver el futuro
como un tarro de plastilina.
Hagamos el amor con nuestros silencios
cada palabra no dicha es una puntada que nos hilvana
una herida menos.
Hagamos el amor con nuestra vida
latido a latido,
como si lo entendiéramos
como si de verdad hubiésemos aprendido
que ese latido lo encierra todo.
Todos los minutos y todas las posibilidades
y todo el pasado y el presente
y todas las palabras y los silencios y todo el universo.
O, mejor, solo hagamos el amor.
Cuando esto acabe
“Agotado por el viaje…
en lugar de buscar un albergue-
¡Mira ahí: las glicinas!”
BASHÔ
Cuando la tierra me engulla con un bostezo voraz
y de mi piel brote un sarpullido de flores amarillas
espero haber vuelto a ver la luna cremosa de aquella vez,
recordar aún el tacto de tus dedos en mi piel,
y el olor a cachorro eterno de mi perro.
Espero haber sido útil al menos una vez,
al menos para una persona,
al menos por un segundo.
Pero si logro avanzar,
me gustaría no esperar nada.
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