DE VUELTA
Y si vuelves.
No vuelvas con los ojos vacíos
ajenos al sentimiento.
No vuelvas sin sangre en las heridas cerradas,
no vuelvas con los recuerdos intactos
nutridos de mi dolor.
Y si vuelves.
Ten en cuenta
que te tendré en cuenta.
Que aunque te eché de más,
eché de menos tus besos.
Ten en cuenta
que a pesar de todo
fuiste un todo.
Que aunque imploré tu partida
Recé por tu regreso.
Y si vuelves.
Puedes pasar sin hacer ruido.
Y si vuelves.
No vuelvas con la tristeza
en tus maletas
para instalarlas en mi corazón.
No vuelvas sin risa
en tu labio plegado.
No vuelvas sin aire
que te impida volar.
Y si vuelves.
Puedes quedarte sin condiciones.
DÉJAME HUNDIRME
Por favor, déjame hundirme.
Ya nadie velará mis sueños
ni secará mis lágrimas,
porque el recuerdo es tan intenso
el dolor tan real,
que nacerá una y otra vez…
en mí…
Y seré para ti
si soy algo,
como una sombra en la sombra
que se hunde
en lo profundo…
pero, déjame hundirme,
a solas…
Por favor, déjame odiarme.
Ya no habrá más ocasos a tu lado,
Ni nadie pronunciará mi nombre.
Porque mi recuerdo es tan etéreo,
el dolor tan real,
que se perderá una y otra vez
en ti.
PERENNE
Para que entre el aire.
Y se lleve los recuerdos,
su presencia… ilimitada.
Abre las ventanas para que entre el aire.
Y es tan grande la casa,
ahora, en sus habitaciones vacías,
plagada de su memoria,
tan dolorosa…
Pero abre las ventanas
para que entre el aire.
Y el viento arrastre el olvido
su imagen, su risa, su vida.
Se lleve su sombra de los rincones,
que observa, inquieta, impotente.
Las lágrimas derramadas,
el alma quebrada
Por él…
Una mesa vacante
para una silla desocupada.
Mirar al frente se hace perenne
cuando no hay nadie, real,
que te devuelva la mirada.
Con esa esperanza visita su hogar.
Soltar el lastre del duelo,
la carga del espíritu,
la congoja que oprime
hasta la extenuación,
el corazón.
Y todo lo hace…
para que entre el aire.
LA LECCIÓN
No aprendí la lección
a pesar de mi naufragio.
Con el agua al cuello
las ideas se aclaran
pero se varan en el error.
El auxilio se deniega
cuando la negligencia se repite.
Animal tozudo que brama
en el muro de la vergüenza
de los años nublados.
Como aquel perdido
que arrastra sus pisadas
Por caminos deshechos.
Como aquel deshecho
que busca en la huella
su rumbo perdido.
EL AUSENTE
Y no quedará presencia
de la hiel que habito,
cuando los ojos me cierren,
cuando creas que estoy dormido.
Cuando el velo del silencio
sea un cielo plomizo,
mientras el aguacero gime
palabras de olvido.
Y no quedará presencia
de mis huesos roídos,
de mis amarillas sabanas
en un rincón escondido.
Detrás del rostro arrugado
se halla el laberinto,
de tibias y calaveras,
de aliento finito.
Y no quedará presencia
en los valles prohibidos,
en la hojarasca de otoño
amante del remolino.
En la luz en la penumbra
y en la gota de rocío,
la que depositaba ecos
de lo que hubiera sido.
Y no quedará presencia
de los años baldíos,
tirados por la borda
de un varado navío.
Desorientado en aguas puras
vírgenes de hastío,
donde habitaba la inocencia
y los sueños perdidos.
Y no quedará presencia
de mi corto camino,
la yedra cubrirá mi tumba
y mi nombre será un silbido.
Un rumor en el tiempo
un ajeno delirio.
No quedará presencia
de mi cuerpo vacío…
DEL YO Y SUS DESTINOS
Yo no quiero ser yo.
Paciente navegante
de la bruma.
Prisionero del tiempo
y sus redes.
Yo no quiero, no quiero
desarmarme ante ti.
Yo no debo enfrentarme
a la analítica de mi mente.
A ese corcel de luna
sin rienda, ni jinete,
ni mesura.
Yo no debo, no debo
guiarte hacia el camino.
Yo no miento
a mi cordura
de ceniza.
Amarillos recuerdos
apilados en la yedra.
Yo no miento,
no miento,
cuando observo mi caída.
EL HOMBRE DE AYER
Tardía la mirada
de valentía sin lucro.
Las pérdidas son esferas
transparentes en el aire.
El tesón de sobrevivir
late a ritmos vertiginosos.
Pero la consciencia suplanta al sueño.
Realidades hirientes
que sangran furia.
Las baldosas amarillas
son el eco de las horas.
Tiembla la ventana
con el viento del Levante.
Las calles son despojos
de ilusiones truncadas.
Camina sin fuerzas
el hombre de ayer.
EL OTRO ROSTRO
Puedes hablarle, si quieres,
incluso cuestionar su lucidez.
Puedes mirarle fijamente
hasta apartar la mirada.
Puedes decírselo
a mi otro rostro.
Debes exigirle un poco de júbilo,
y que muestre alguna reacción.
Debes destaparle para que amaine
y llegue su serenidad.
Debes mostrárselo
a mi otro rostro.
Tienes que ayudarle,
si lo prefieres.
Hasta su tribal liberación.
Tienes que auscultarle
su enfermedad,
para encontrarle una cura.
Tienes que jurárselo
a mi otro rostro.
DEL CREPÚSCULO
Me fabriqué de espera
agua y vacío.
Mutando el silencio,
vigilando el centeno.
Sé que llegará, no hay duda.
Mientras los cuervos
sopesan el destino
saqueando el azar.
Me inventé una causa
de rumor y eco.
Trasladando el recuerdo,
exorcizando el miedo.
Sé que vendrá, estoy seguro.
Mientras los perros
ululan a su paso
agoreros del crepúsculo.
DEL VENENO
Quiero… quiero…
quiero sacar el veneno
de mi sangre
Expulsarlo, escupirlo, desecharlo,
denigrarlo…
No es el rencor
la solución de los males
porque…
me está matando…
Quema como fuego en la piel
que se contrae
se retuerce, se fríe,
se martiriza…
Es certero el error
del humano domesticado,
iluso,
manejado,
pelele,
marioneta y fetiche
de sus idioteces.
Ambiguo consigo mismo…
Autodestructivo…
NAVEGANTES
Tienes…
Tienes la cualidad
de parar el tiempo
Y…
Deformar la imagen
del recuerdo.
Quiero entregar
mi sorpresa para hacerla ilusión.
Después de todo
soy un navegante.
La calle es una jaula de monos
que pisotean las rosas puras
de devastación y envidia…
Debería repasar,
repasar mi negligencia
hacia tu persona.
Después de todo
hemos naufragado juntos
muchas veces…
SOBRE LAS CONSECUENCIAS
Como una bruma
quieta, espesa, húmeda
esperabas al destino.
No había en tu sonrisa
la inquietud de la vida
ni tu mirada poseía
la desesperanza del mal querer.
Tu corazón frío latía con fuerza
ajeno al dolor ajeno.
Y la consecuencia
moraba en tu soledad
salpicada de rostros pasajeros.
Es un muro
recién levantado
tu azar elegido.
mientras la espera
te dona la severa acción
de ser interprete
de tus sueños…
OSCURO ECO
Es un sueño, un sueño
cuando piensas en el amor
que se llevó el viento.
Ese que hacía derretir tus huesos
y la voz no era palabra
si no verbo,
pero se te escapa de las manos
y se fue muy lejos
tan lejos…
Sentir como ese día
que te susurré te quiero.
Mis manos te acariciaban
se perdían en tu pelo.
Y tu boca no era labio
si no beso.
Cerrando los ojos
atravesando un desierto
para tenerte dentro
tan dentro…
Pero los sueños no son sueños
ni el tiempo es hora tiempo.
Todo se fue esfumando
como al demente el recuerdo.
Y todo fue como la hoja
que vivió un momento,
sólo eso…
EL DESPERTAR
¡Abre los ojos!
¿No ves que estás dormido?
Despierta al mundo azul que ahora es gris.
Lentamente. Venda gaseosa que te cegaba.
¡Despréndete de su sopor!.
Desorientado, al dejar de navegar en la placenta.
¡Abre los ojos!
¿Ya no estás cansado?
Grita al mundo censurado tu libertad.
Afónico. La voz quebrada en el verbo.
¡Quédate bajo el sol!
Nubes de tierra se arremolinan en tu mente.
¡Abre los ojos!
¿Al fin lo comprendiste?
Espera a que los otros dejen de ser estatuas.
Inmóvil. Hasta el alma tiene cadenas.
¡Sacúdete el aura!
Ha dejado de llover en la incertidumbre…
PERCEPCIONES(A Lucía)
Tiemblas… cuando percibes en tu piel
que me acercó lentamente.
Sé que tiemblas.
Y la mejilla se sonroja,
y los labios se abren como pétalos de rosa,
y los ojos brillan con un fulgor intenso.
No te veo… no te veo… no te veo…
Y sin embargo sé que tiemblas…
Tiemblas… cuando mi mano sostiene
la fragilidad de tu cabello.
Y el gemido retrae la pasión,
y el deseo embarca hacia tu cuerpo,
y el ansia se transmuta en beso.
No te tengo… no te tengo… no te tengo…
Y sin embargo sé que tiemblas…
Tiemblas… cuando las palabras
ya no son palabras si no eco.
Y tus anhelos ya son sueños.
Y los sueños realidad.
Y tu cuerpo ya no es cuerpo.
No te veo… no te veo… no te veo…
Y sin embargo sé que tiemblas…
DE LA VICTIMA
Ya no tiene solución.
Tú te quedas mi corazón
o lo tiras al basurero
de los recuerdos.
Todo empezó con tu negativa
a vencerte
y la cualidad intrínseca
de ser yo.
Siempre,
la única víctima.
Tienes esa manía
de desesperar mí esperanza.
Hacerla
trizas,
hasta reventarla.
Pero eres una piedra tan hermosa…
DEL CONOCIMIENTO
Si me reconoces.
Si me reconoces cuando te miro
sabré que no me has olvidado.
Saben tus ojos de mis pensamientos
y de la ventana secreta
a mi esperanza.
Saben los míos de tu ventura
y de la parte pequeña
de tu corazón robado…
No huiré esta vez
si me reconoces.
Si me cambias por la mirada
de alguien que camina solo.
Si me desarmas desde lejos
con tu voluntad regia.
No huiré esta vez
aunque desee quizás
Que no me reconozcas.
REGRESIÓN
Tengo la noche cerrada
como manto de plata
sobre mis hombros cansados.
Tardía la pasión
por mis pecados originales.
Inútil volver los ojos
hacia la estela del pasado.
El arrepentimiento es la causa
normal del agónico
trance hacia la culpa.
Tengo las fauces del tiempo
sobre mi pequeñez infinita
que huye sobre sus pasos
marcados.
Inútil la regresión
porque yerma será la siembra.
DE LA VERDAD
La verdad,
aunque duela, dímela.
Dime mirándome a las pupilas
si el reflejo de tus ojos
no está diciendo
que es el final.
¿No me están hablando
tus ojos,
los que antes eran devocionario
de mis plegarias de amor,
los que me miraban
con las transparencia del inocente,
los que brillaban
al menor indicio de un
acto de cariño?
La verdad,
aunque duela, dímela.
No uses el engaño
conmigo.
Por merecer quiero
que me recuerdes
como era,
y no como un muñeco
que se abandona
al perder el interés.
CENIZAS
Yo he buscado caminos,
senderos; en esta vida,
que me dieran destino
agorero; mi pronta ida.
Bajo la sombra del olvido,
latente; mis recuerdos,
y por mucho lo vivido
entonces; siempre pierdo.
Intento sujetar frío,
todo lo que yo poseía,
pero se va todo el brío,
la fuerza, lo que tenía.
Ya solo me quedan huesos,
de mi piel, las cenizas,
fui débil, y lo confieso,
mi alma está hecha trizas.
El ocaso se oscurece;
y la noche se derrama
y todo lo que se ama,
se pierde, se reblandece.
Solo queda ya esperar;
cerrar los ojos dorados,
y la muerte solo es soñar
cruzar, ir, al otro lado.
NO SEPAS
Quizás te haya querido
y no lo sepas.
Que el corazón me has herido,
que el dolor era mi meta.
Que en tu lecho me he dormido
mientras clavabas la saeta.
Y los sueños ya se han ido
entre las sabanas revueltas.
En el pecho me ha quedado
como un boquete imborrable,
y no puedo dejar de lado
este pavor impermeable,
este cuerpo fatigado,
esta alma muerta, amable.
DEL ADIÓS
Y no puedo decirte,
no puedo decirte adiós.
Mientras se alejan los pájaros
en el ocaso gris.
Mientras mece el viento
los cipreses dormidos.
Mientras tus dedos entrelazan
los míos y no me dejas ir.
Porque yo seré partida
y tú un adiós.
Ahora me siento volátil
como la bolsa de papel
que arrastra el Levante
hasta tus pies parados
en la parada.
Y no puedo decirte
no puedo decirte.
Que te quedes.
Que me dejes.
Que me olvides.
Que…
Me ausentes.
No puedo decirte adiós…
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