Eran la 2 de la madrugada aproximadamente de un día viernes cuando el ruido del frenazo de un vehículo me despertó, en mi salto hacia el mundo real maldije al conductor agregando ojala se estrelle ese desgraciado, intente nuevamente conciliar el sueño cerrando mis ojos y pensando que era raro que a esa hora un vehículo recorriera las calles a alta velocidad, pero no pasó media hora del suceso que me despertó cuando sentí el ruido de una carreta que venía bajando por la calle, era el de una carreta no se asemejaba a ningún otro, aunque busqué su parecido, pero era imposible, ese ruido era el de las ruedas de hierro y las herraduras de los caballos contra el pavimento que cada vez se acercaban más y sentí que pasó frente a mi casa; el sonido se desvaneció cuatro casas más abajo; en mi mundo real me quedé pensando que era esa cosa que había pasado, pero no encontré otra respuesta en concluir que era el de una carreta, de esas con caballos y todo, pues yo nunca había visto una, solo en películas, pero era tan real el sonido que me dejó impactado, les juro que no sentí miedo solo curiosidad de ver esa cosa.
Al cabo de media hora sentí que el sonido venia subiendo nuevamente por la calle y en seguida corrí a la ventana para ver qué cosa era y si en verdad era una carreta. Escuché como el sonido de las ruedas se acercaban mezcladas con el trote de los caballos, pero esta vez menos ruidosa y fuerte; ahí estaba yo en la ventana esperando aque pasara con la inquietud de ver el vehículo y saber si era una broma, pero no la vi, pasó solo el sonido frente a mis ojos o mejor dicho a mis oídos y se desvaneció cuatro casas más arriba.
Regresé a mi cuarto sin creer lo que había pasado, no entendía nada, aquello era algo surrealista un fenómeno cuántico que escapa de la realidad y que no podía concebir, pues yo no creo en cosas del más allá o cuentos de muerto o algo por el estilo.
Al fin llegó el amanecer y yo sin dormir nada, solo dándole vuelta al fenómeno y me preguntaba si de verdad pasó o solo fue un sueño, pero no, era una realidad verdadera que seguro nadie me iba a creer.
Ese día me dedique a contarle mi historia a mi familia y mis vecinos, unos me miraron con incredulidad y otros me tildaron de loco y bromista.
En conversación con una vecina de la calle, esta me contó que hace muchos años atrás la señora Gladis la mama de Pedrito sintió los ruidos de una carreta pasar frente a su casa, es decir dos casa más arriba de la mía, pero ella solo sintió el sonido y que al cabo de tres días se murió Belén una vecina y luego unos días después un joven de la cuadra falleció en un accidente de vehículo, pero todo se quedó así sin pensar de que aquel vehículo antiguo guardaba relación con las muertes de estas personas.
Bueno llegó el sábado, temprano en la mañana me fui a la biblioteca a leer y estudiar, esa era mis rutinas sabatinas, al medio día regresé a mi casa y cuando cruzo la esquina de mi calle me consigo a un vecino y me da la noticia que se murió Manuel el papa de Antonio y Luis, que venía padeciendo de un tumor cerebral, el señor Manuel vivía diagonal a mis casa, a los tres días murió Nicolás mi vecino de la parte arriba quien padecía decáncer y una semana después se murió la señora Vilma también de cancel y quien vivía al frente de Nicolás y al lado de Manuel y no había pasado una semana cuando murió Eleazar un señor que padecía de cirrosis hepática yque vivía atrás de la casa de Vilma, todas estas personas enlutaron la calle en menos de un mes.
Desde entonces la gente que había escuchado de mi anécdota sobre la carreta me abordaban y me pedían que se la contara; muchos me decían que esa era la carreta de la muerte que vino a buscar a esas personas y así yo también lo pensé.
Desde ese entonces en mi calle cuando alguien muere la gente dice: se lo llevó la carreta!
o si está muy mal de salud: está esperando la carreta!
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