Aquella habitación.

Aquella habitación.

Su mirada es lo más triste que he visto jamás.

Puede permanecer horas y horas inmovil en aquella habitación como si formara parte de la decoración, lo recorre todo milímetro a milímetro, deteniéndose en cada detalle una y otra vez.

Se acerca muy despacio a la ventana hasta acariciar la cortina, el silencio de la noche queda interrumpido por unos pasos sigilosos, los pasos de María.

María, que despertó como cada noche al notar la ausencia de Luís

María que conoce con exactitud cada movimiento de Luís en aquella habitación, cada pensamiento, cada recuerdo, cada lágrima, cada silencio. Se acerca a Luís para preguntarle :

– Estas bien, cariño?

Sin apartar la vista de la ventana él contesta:

-Me pareció que llovía y vine a cerrar la ventana.

María toma su mano con suavidad,

-No llueve, quieres que hablemos?

Se hace un silencio casi eterno, María vuelve a la cama.

Luís sigue inmóvil en aquella habitación, vuelve a mirar la foto de Iván en su ultimo cumpleaños, seca sus lágrimas y vuelve a la cama con María.

Nada ni nadie podrá llenar la ausencia de Iván, tan solo buscan rincones donde llorar su perdida en soledad .

Su proyecto de familia acabó demasiado pronto para ellos.

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