El arca: Capítulo 1

– El arca… Arca… Arca… Nave – El joven que estaba apoyado en el camarote se repetía a sí mismo mientras tiraba la pelota de su mano hacia arriba, la veía detenerse en el aire y caer lentamente. – El arca…- Miraba a su lado, hacia arriba, hacia todos lados y no lo podía creer. Leía en la pared, en letras blancas sobre una franja roja: «Kharon». En otras partes de la franja sobre las paredes blancas mate se leía también: «Queronte», «Charon», «卡戎» y tantas otras formas de llamar al barquero que te acompaña al infierno. – Nada alentador, ¿verdad? -. Sophie lo había estado mirando mientras pensaba. – Quiero que sepas que yo tampoco esperé esto – le sonrió mientras apoyaba las manos en la cabecera de su propio camarote. – El arca era real, ¿quién lo hubiera imaginado?… todos estos años… Hemos vivido lejos de ella. Pensar en eso hasta me hace querer llorar ¿Sabes qué es lo que creo? -. Arrian fijó su mirada en ella. Percibía como se iba construyendo un momento más en una sucesión de eventos sumamente desconcertantes. – Creo que también tengo mucho miedo… ¿has escuchado a Petr? Piensa que la vida en el arca va a ser… diferente. – Lo será- La miró tratando de comunicarle lo mucho que comprendía lo que pasaba por su mente. Él hasta había soñado con el arca; no pensaba que su sueño fuera necesariamente una visión literal de la nave pero fue la primera vez que entendió verdaderamente lo que veinte mil años de viaje por el espacio podía hacerle a una de las cúpulas de preservación global de las que había escuchado tanto desde niño. – ¿Piensas que será peligroso? – la sonrisa había desaparecido y ahora ella imaginaba las consecuencias que la metapreservación genética tendría en todo un ecosistema artificial. – Creo que no será nada fácil. Nunca pensé que lo sería… aún así no siento estar preparado para lo que encontraremos-. Arrian sabía que el Kharon era todo lo que tenía. Había abordado la ciudadela transporte con sus padres cuando tenía tan solo 8 años. Ahora los costos de la exploración interestelar lo llevaban a él, a su familia y a su mundo hacia un lugar imposible que pareció serle un mito por siempre.