Por qué aguantar el «desamor»?

Cuando nos ponemos en pareja no sólo se trata de ir al cine, salir a cenar o «sexo fijo». Cuando nos ponemos en pareja estamos decidiendo cuidar, respetar y amar a la otra persona, acompañarse.. pero ojo, no atarse, ni dejarse mandar, ni mucho menos dejar que tomen decisiones por nosotros. Si nos ponemos en pareja, es porque estamos dispuestos a continuar nuestra vida acompañados, no a que otra persona irrumpa en mis decisiones, gustos, creencias, etc.

Cuando DECIDIMOS formar una familia, el acompañamiento se duplica, el cariño, la dedicación y el aprendizaje deben unificarse. Cuando uno de los dos renuncia a todo esto, el otro no tiene que porque aguantarlo. Los dos o ninguno. No sostengamos algo que ya no da para más. A los hijos les hace mejor que abandonen ambos, a tener que ver a uno solo continuar luchando mientras que el otro ya no esté. Por más dolor que conlleve romper una familia «oficialmente», que hace tiempo está rota.

Cuando NO decidimos formar una familia, no es necesario formalizar como pareja si no lo sentimos así. Lo único que crece es la inestabilidad interior. Ni hablar cuando la crianza de los hijos es a base de discusiones, peleas e insultos.

Ser padre o madre no es lo mismo que ser pareja. No nos confundamos.