El camino de hierro del este.

Viaje de Barcelona a Mataró por el camino de hierro del este.

1857 programando el viaje.

Tengo que ir a Mataró a realizar una gestión importante, por suerte la oficina a la que me dirijo está cerca de la estación. Calcúlo: Cojo una tartana en la puerta de casa, 20 minutos hasta la estación de Francia, 5 minutos para sacar billete y subir al tren, 60 minutos de viaje y 5 minutos más hasta la oficina. Total: en hora y media estoy allí.

2019 programando el viaje

Tengo que ir a Mataró a realizar una gestión importante, por suerte la oficina a la que me dirijo está cerca de la estación. Calcúlo: 10 minutos andando hasta el metro,5 minutos de espera,5 minutos hasta la estación del Clot, 5 minutos del metro al tren, 30 minutos de viaje y 5 minutos más hasta la oficina. Total: en una hora estoy allí.

1857 el viaje

Salgo de casa, subo a una tartana que me lleva a la estación después de 20 minutos de trayecto. Saco el billete en la estación -de primera clase, porque siempre hay sitio y sólo cuesta 2 reales más que segunda que vale 8 y siempre acabas de pié cediendo el sitio a señoras señoritas, caballeros maduros y ancianos. Subo al tren en escasos 5 minutos. Sale con 15 minutos de retraso porque el maquinista es inglés y la cantina está abierta todo el día; pasamos el puente de madera del Río Besós, paramos en Badalona – brevemente – y seguimos hasta Mongat. Nos llenamos de carbonilla al cruzar el túnel saliendo todos con aspecto de banda de jazz. Otra parada en la bonita villa del Masnou con sus casas de pescadores y marinos, Premiá, Vilassar, y entramos en Mataró después de 53 minutos de viaje desde Barcelona. Bajo rápidamente, cruzo el andén y paso por el lateral de la estación llegando a la oficina con 8 minutos de retraso. Es increíble que en 1857 se tarde 18 minutos más en hacer el mismo trayecto que hace 10 años. A ver si se entera la “Compañía española del carril de hierro de Barcelona a Mataró y viceversa” que ya estamos a mediados del siglo XIX

2019 el viaje

Salgo de casa, en 10 minutos estoy en la boca del metro -hay huelga- busco una parada de autobús cercana. 5 minutos más y ya estoy en la parada mirando en el mapa qué autobús que me lleva a la estación. Cuando lo encuentro y me doy la vuelta veo como pasa sin parar porque no bajaba nadie y yo, de espaldas, no lo vi venir. El rótulo luminoso me comunica que el próximo en media hora. No puedo esperar, salgo corriendo hacia la estación del tren. Se pone a llover. Llego en 40 minutos, he tardado más tiempo que si hubiera esperado al autobús. En la estación no funcionan las escaleras mecánicas, el ascensor sí, pero hay cola. Pierdo 5 minutos. Saco el billete, bajo al andén y por megafonía me informan que debido a causas ajenas a RENFE (una avería eléctrica) los trenes circulan con retraso y a marcha lente ente el Clot y Badalona. Tarda 40 minutos en aparecer. Por suerte he podido sentarme en el último asiento libre. Como estamos en el siglo XXI sólo estoy obligado a cederlo a viejos más viejos que yo o embarazadas. Los más viejos que yo ya han muerto y las mujeres actuales prefieren tener perros que niños. En 20 minutos de marcha lenta llegamos al puente del Besós. Allí nos paramos otros 20 minutos a contemplar el cauce del presunto río. Arrancamos, Seguimos viaje a marcha lenta desgranando el rosario de estaciones: San Adrián, Badalona, Mongat -pasamos el túnel- Mongat bis., El Masnou, Ocata, Premiá, Vilassar, Cabrera y….otra paradiña antes de entrar en Mataró después de 40 minutos más de viaje desde el puente del Besós. Me apeo rápidamente, pero hay que bajar escaleras, recorrer un túnel, subir escaleras (hay ascensores para inválidos con paciencia) recorrer el andén, entrar en la estación, pasar por las máquinas de validación, salir de la estación y esperar a que el semáforo se ponga verde. Todo ese recorrido a paso de condenados a la horca, sin prisa y sin poder adelantar por lo estrecho del espacio. Cruzo la carretera y en 5 minutos estoy en la oficina. Cierran al medio día y es media tarde.