A través del espejo

Ella me mintió.

De pronto el color de mi cabello no era tan oscuro y el tono de mi piel era confuso, llevo unos diez minutos frente al espejo repitiendome la misma pregunta:

– ¿Quien eres?

Pero no hay respuesta y mi reflejo me dice que ahí empieza el viaje más importante de mi vida, a través del espejo y el humo que sale de mi boca.

Puedo cuestionarme muchas cosas, empezando si lo que fui todo este tiempo fue real o una ilusión, que mi verdadero yo estaba oculto bajo sombras pasadas de seres extraños.

– tu esencia cambia – me dice mi reflejo, que ya no se parece a mí.

Tiene los ojos rojos y una expresión distinta, no la reconozco porque nunca la había visto antes.

– ¿No sabes quién soy?

– Te me haces familiar

– Fíjate bien

Entonces lo ví, fijamente, sus manos se movían con las mías y sus ojos seguían los míos, era mi alma la que me miraba y me gritaba a través del espejo, me gritaba que la reconozca, que la aceptará con esos gestos y esa mirada perdida.

Saber la verdad sobre mi padre que mamá me había ocultado durante 21 años había cambiado la esencia de mi alma, ahora podía ver la verdad sobre mí, la verdad sobre quién era y de dónde venía.

De repente lo que me importaba hace una hora parecía perder prioridad, todo lo que estaba a mi alrededor en esa pequeña habitación perdió su valor, se veía borroso a través del espejo, salvo ese reflejo al que veía con toda claridad. Cada expresión suya fue ocupando el lugar de las cosas importantes, cada cosa que vieron esos ojos y salieron de esos labios, cada cosa que sientieron esas manos y que yo conocía tenía más valor que los objetos que me rodeaban.

Ese reflejo extraño se fue apoderando de mí, éramos uno solo, por fin entendí que la noticia no me haría más rica ni más poderosa, sino que me haría aceptar ese reflejo que por años se veía confuso.

Y con esa aceptación terminó el efecto que me había hecho viajar a través de mí, a través del espejo.