Pucho Cusqueño mide tu tiempo

Pucho Cusqueño mide tu tiempo

(Desde las escaleras de subida a Sacsayhuaman)

Hace tiempo estoy aquí sentada, en contra del tiempo.

Casi muero en el intento de vivir a tiempo.

Quise parar, respirar, comer chupete, fumar, escribir,

vivir y no perder el tiempo.

Para hacer lo correcto…llegar a la hora.

Tengo un cigarro atrapado entre mis dedos, apagado.

El bolso en el piso, abierto, olvide cerrarlo en el apuro.

Sería fácil robarlo.

Mi canguro abierto, recordándome el encendedor que dejé caer

cuando pensé fumar y luego comer chupete.

Hoy ese caramelo nervioso, es un chicle rosa entre mis dientes, dócil, dulce…

luego será duro y dejará el recuerdo de aquel encendedor perdido

en algún bolso, canguro, bolsillo.

…no llegaré ni a uno ni a otro, ¿Cuál añoraré?

…volada, volando, volante….

-Saludos gratos locales!-

Debo ser un personaje extraño y transparente, algo común e inherente.

De pronto un señor que pasó con su familia, le dijo a su hijo

-Mira, la señorita está haciendo su libro de oro.-

Y yo pensé: Parece que generosa esta tierra nos ofrece la dorada cosecha.

¿Será posible que el caminante local tenga razón?

Pareciera que de aquí todos nos llevamos oro alguna vez,

desde antes, en algún tiempo.

El pago a la tierra, la Pachamama, la mina de oro, Cusco, Choqek’iraw; cuna de oro.

Mucha gente en la búsqueda,

muchos guías, maestros, ejemplos, visiones, sonidos, presencias…

que se alejan… subiendo o bajando

por estas escaleras de Sacsayhuaman.

¿Será hora?

El tiempo salto de mi muñeca izquierda…hace mucho tiempo,

se llevo la noción, ahora solo queda el riesgo…

Y río… calculando el tiempo en el cigarro que nunca prendí.

Sonidos, gentes, presencias, tos, respiración de subida…de sus vidas.

Me hacen recordar aquello que ya olvidé, que se durmió en esa voz que se fue.

Las respiraciones cansadas me asustan… pero también pueden animar.

De pronto un borrachín bajaba del brazo de un hermano,

uno bien, otro mal.

Recién lo había notado, ellos también local.

Se detuvieron al final de la escalera. Claro! Al baño natural,

el otro vomitó.

Me recuerdan a la patrulla de policías que divisé a la venida,

todos haciendo pila, detenidos en la curva de ida y vuelta.

…ida y vuelta…

Buscaré el encendedor, no hay prisa.

Espera, sonríe.

Pero despierta! No hay tiempo.

Sé que el canguro se tragó el encendedor,

sé que está en su interno desorden.

Lo halle!… Podré fumarme el tiempo…

Son las 4:30 p.m. y no he descrito el paisaje que aun a medio camino, me acompaña.

Aun no subo más, aun no logro fumar.

Ahora detengo en mi mano, el pucho, el encendedor y el libro con el meñique.

Fumaré el pucho y mediré el tiempo…

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