Habitan las calles y se les conoce como habitantes de calle.
Calle arriba y calle abajo
donde callan en sus silencios
haciendo temblar las calles con su presencia.
Él dormía en un andén y lo acompañaba
un amigo incondicional, un perro, un cómplice en sus aventuras en la calle.
Ya no era un habitante de calle,
ya eran dos quienes habitaban la calle.
¿Un humano y un animal?, ¿dos animales?
Ya no había diferencia, la indiferencia era para los dos…
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