INFRARELATO. Nos parecemos a los perros en sus comportamientos. El sonido melodioso que escuché y el estiramiento de su cuerpo, me llevó a pensar, «ah caray, ¡se parece a mí cuando bosteza!». Me hizo soltar una carcajada, sí necesitaba su paseo. Recuerdo la primera vez que lo escuché, creí que era una persona. Ahora cada vez que escucho a alguien bostezar como él, creo que no ha muerto, vive cada vez que alguien bosteza cómo él y sonrío en honor a él.
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