Ese día no te quería ver, sabes mis puntos débiles. Entonces llegaste, mirándome enamorado, sentí tus brazos alrededor de mi cuerpo y tu respiración en mi cuello. Tus labios tocaron suave mi piel, dejándome la humedad de tu beso. Nunca antes un beso me dolió tanto. Sentí como aspiraste mi aroma y me estremecí recordando viejos tiempos. No te pude mirar…
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